
Mientras el debate entre expertos y medios de comunicación se centra en el momento macroeconómico en el que España y Europa vuelvan al crecimiento, a pie de calle las prioridades son muy diferentes. Los consumidores, las economías domésticas, han soportado ya los primeros cinco años de crisis económica, y exigen medidas, acciones, que mejoren su situación, porque es a cada paso más preocupante y acuciante.
Si no hay soluciones para los consumidores no hay salida de la crisis
La capacidad de ahorro de las familias españolas es la más baja de las economías europeas, casi dos tercios de los hogares en España no pueden destinar recursos al ahorro y cerca del 40% no llegan a fin de mes. El sobreendeudamiento; España es uno de los cuatro países europeos que combinan un bajo nivel de ingresos familiares con una elevada deuda, círculo vicioso que amenaza a millones de consumidores, a los que no queda más remedio que seguir pidiendo prestado hasta que, al final, no pueden asumir esas deudas y pierden sus posesiones.
Ahora nos piden que consumamos
No puede hablarse de “recuperación económica” sin dar un vuelco al modelo de consumo que hemos sufrido hasta ahora. Lejos de ello, se sigue pidiendo a los consumidores que gastemos y consumamos.
De nada sirve que la crisis económica haya puesto de manifiesto la incoherencia de este modelo económico. La aspiración de políticos y grandes empresarios por retornar al irracional modelo anterior demuestra que sólo importa la cuenta de resultados y que para ello, si es preciso, crearán otras burbujas y seguirán. No se han puesto las bases para evitar estas situaciones. Sólo han abonado el terreno para que tiburones empresariales sigan mordiendo y lucrándose sin respetar los derechos de los consumidores, que no se han reforzado lo más mínimo.
Los consumidores no debemos caer en la trampa
Las lecciones aprendidas por millones de consumidores deben ponerse en marcha. Escapar a la crisis en España exige actitudes y hábitos distintos. Muchos de ellos los están ya adoptando los consumidores con más actitudes más racionales: ahorro, consumo con más criterio, mejor administración del presupuesto familiar. Lo han aprendido con la crisis. Esto debe conducir a un nuevo consumidor que haga del consumo responsable un modo de vida mejor.
Por eso, los consumidores exigimos un cambio radical en las relaciones entre bancos, grandes empresas y consumidores. Estos son los verdaderos retos y las verdaderas fuerzas del cambio. Lo contrario es subvencionar nuevas oportunidades de negocio para que los mismos de siempre sigan lucrándose a costa de los ciudadanos y consumidores, manteniendo los problemas.
Tenemos un compromiso
La actual crisis debe resolverse con reformas en profundidad de las “reglas de juego”, sobretodo económicamente en lo que afecta a millones de consumidores en España. Por eso decimos que la participación de los consumidores en un nuevo modelo productivo y de economía sostenible para nuestro país es imprescindible. Y los consumidores tenemos que hacerlo valer.







