El III Barómetro del Ahorro y la Inversión de la patronal Inverco confirma que el perfil habitual del ahorrador en España es puramente ahorrador, sin ganas de riesgo y de inversiones. Seis de cada diez inversores en España son «conservadores», casi el triple que lo que este Barómetro detectaba en 2009. Los inversores con perfil conservador suponen ya el 62% del total, con preferencia por los depósitos.

Lo que implica que, según este III Barómetro de Inverco, prácticamente dos tercios de los consumidores que tienen capacidad de ahorro necesitan productos que les aseguren liquidez y garantía, aparte de una rentabilidad, y que mantienen su preferencia por productos sencillos y tradicionales a pesar de que la banca y los reguladores les empujan a apostar por otras ofertas con menores o nulas garantías. Abusos y fraudes como las preferentes han hecho mella en la confianza del consumidor.

Por detrás de los depósitos están los planes de pensiones entre las preferencias de los ahorradores, en un fenómeno que tiene más que ver con la psicosis colectiva relacionada con la crisis y las dudas sobre la viabilidad del sistema público más que por una apuesta real por que este producto les sea adecuado. Tras ellos figuran la renta variable (un 31%) y los fondos de inversión (el 28%), y ya muy por detrás los seguros (un 18%) y la renta fija (el 14%).

Por abrumadora mayoría, el Barómetro de Inverco señala que el principal motivo de los ahorradores para depositar su dinero es cubrir imprevistos -uno de cada cinco- y complementar la jubilación -uno de cada tres-. Asimismo, y pese a que cada vez mayor número de ahorradores extiende el plazo de la inversión -un 18% lo hace a tres años, frente a un 15% en 2011-, el perfil del ahorrador español es fundamentalmente «cortoplacista», pues ocho de cada diez invierten a menos de tres años, en un fenómeno lógico habida cuenta de la inestabilidad económica que España vive y seguirá viviendo.