Los bonos convertibles en acciones son un producto de alto riesgo. Ofrecen una rentabilidad interesante pero, para recuperar el dinero invertido, hay que convertirlos en acciones y lograr venderlas. Esto casi rezando para que no haya pérdidas en el camino. Quienes en 2007 comprasen bonos convertibles del Banco Santander saben que las plegarias no siempre son escuchadas. Son los afectados por los Valores Santander, muchos de los cuales adquirieron estos productos engañados, pensando que en realidad contrataban un depósito a plazo fijo. ADICAE ya ha iniciado su defensa judicial.
La pesadilla comenzó en 2007. Entonces la entidad de Emilio Botín vendió 7.000 millones de euros en bonos convertibles en acciones. Desde entonces ha habido varios periodos de conversión voluntaria, a los que han accedido el 62% de los clientes que los compraron. El otro 38% tendrán que hacerlo el 4 de octubre, obligatoriamente. Con las opciones de canje voluntario Banco Santander trataba de moderar el impacto de su entrada en Bolsa, justo en un momento en el que el sector financiero español atraviesa por uno de los peores momentos de su Historia.
Estos bonos prometían un 7,5% de rentabilidad anual el primer año. Desde entonces, el equivalente a Euribor a tres meses y un diferencial del 2’75%. Hubo 129.000 ‘víctimas’, que invirtieron como mínimo 5.000 euros en este producto. El precio de canje para la conversión fue de 16 euros, pero las ampliaciones de capital han supuesto una rebaja de este precio, que actualmente se sitúa en 12,96 euros. Según cálculos de ADICAE, las pérdidas ascienden a casi el 50%.
ADICAE ha decidido interponer una demanda frente al Banco Santander por la comercialización irregular de estos bonos convertibles. Con esta iniciativa ADICAE quiere solucionar un problema que afecta a más de 129.000 consumidores, que podrían ver cómo desaparecen sus ahorros.
