Las grandes entidades financieras españolas continúan con su plan de recapitalización a costa de los consumidores. No pasa un trimestre sin que los usuarios de banca, es decir, la inmensa mayoría de los españoles, se lleven un disgusto al comprobar en su buzón de correo las notificaciones de su banco respecto a las nuevas comisiones. Los principales bancos han aprovechado los meses de verano para ‘actualizar’ sus tarifas y comisiones, obligando a los consumidores a apretarse todavía más el cinturón y a pagar aún más por unos servicios bancarios que, sin embargo, no hacen sino empeorar.
Las que más aumentan son las comisiones por las operaciones más habituales. Así, tener una cuenta corriente es ahora un 24% más caro que en 2012. Y las comisiones por sufrir un descubierto han aumentado un 23%, por tener una tarjeta de débito un 10%, por sacar dinero a débito un 11%, etc. Es cierto que hay comisiones que bajan, como por ejemplo el variable que cobran los bancos por estudiar la concesión de un préstamo hipotecario, que disminuye un 3%. Sin embargo en esta misma operación cada banco fija una cantidad mínima, que aumenta un 26%.
Este desmedido y sangrante incremento de las comisiones bancarias no se ha correspondido con una mejora del servicio que prestan los bancos. Al contrario, ha sido compensado por las entidades financieras con una disminución en la calidad de los servicios que prestan a sus clientes: en algunos casos llegan a obligar el pago de recibos en ventanilla únicamente dos días por semana o exigir la retirada en efectivo del cajero automático por cantidades inferiores a 300 euros, causando un grave perjuicio a los usuarios, que se acentuará con esta nueva subida. A esto hay que sumarle la reducción de costes de personal de la banca en forma de despidos y cierre de oficinas que, lamentablemente, no se ha traducido en una rebaja de los costes para los consumidores.
Otro de los puntos negativos es la aplicación de comisiones regresivas: varias entidades financieras imponen mayores comisiones por tener menores saldos, penalizando de esta forma a las rentas más bajas.
Ante esta situación de desprotección de los consumidores, ADICAE propugna por la regulación legal de una cuestión tan importante como es el de las comisiones bancarias, que carecen de criterios claros en su aplicación. Por ahora el último intento de nuestra asociación en este sentido ha sido presentar una serie de alegaciones a la Directiva 2013/0139 de la Unión Europea, que pretende regular las normas sobre transparencia y comparabilidad sobre comisiones en cuentas.
Sería preciso establecer unas reglas de actuación y de transparencia por parte de las entidades financieras, con la finalidad de proteger los derechos de los consumidores. Entretanto, desde ADICAE animamos a todos los consumidores a que revisen las comisiones que les están cobrando sus bancos y a que, si no están conformes con las mismas, cambien de entidad pero revisando siempre las condiciones del nuevo banco que vayan a elegir, porque incluso en las campañas de ‘comisiones cero’ que ofrece la banca, no es oro todo lo que reluce.