La Comisión Nacional de la Competencia ha contabilizado en el año 2011 casi 84.200 millones de euros en ayudas directas del Estado español a las entidades financieras españolas, en una cifra que ha seguido incrementándose en estos dos años últimos y que supone que el 95% del volumen total de las subvenciones otorgadas por las administraciones públicas para empresas se va a la banca, a un puñado de entidades, una docena apenas. Esto demuestra el enorme agujero negro que está representando el sistema bancario español para la economía del país, detrayendo recursos que podrían estimular otros sectores y ayudar a la recuperación de la economía.
De momento, la banca española ha necesitado 170.000 millones de euros en diversas formas de ayudas, avales y traslación de activos de parte del dinero de todos, a los que se añaden al menos 100.000 millones más en diversos fraudes como las preferentes o las cláusulas suelo. El abuso al consumidor guía la reestructuración bancaria con la complicidad de las autoridades españolas y europeas, que advierten de efectos funestos si no se realiza de esta manera. Sin embargo, Competencia recuerda que «la concesión de ayudas públicas constituye una forma de intervención en la economía que puede alterar el funcionamiento de los mercados».
«Con independencia de los objetivos de interés público que dichas ayudas persigan, este tipo de actuaciones pueden implicar distorsiones en el juego competitivo y en la eficiencia en los mercados en los que se desarrollen, así como a un debilitamiento de la competitividad de las empresas, pudiendo derivar todo ello en un perjuicio en el bienestar de los consumidores», recuerda la CNC. La banca española se lleva cada año en ayudas un 8% del PIB español, acumulando un volumen desde que comenzó la crisis que supera ya el 25% de dicho PIB.
«Es cierto que, debido a las actuales circunstancias, este tipo de medidas de intervención pública, si bien parecen necesarias para evitar el colapso financiero del sistema, debido a su magnitud y su forma de cálculo, trastocan cualquier reflexión sobre el conjunto de las ayudas de Estado», señala la CNC, que considera, eso sí, necesario separar el análisis de este tipo de ayudas del correspondiente a las tradicionales ayudas regulares en una reflexión cuanto menos cuestionable; el mismo derecho de recibir ayudas tendría la banca que cualquier otro sector económico.
En este sentido, el CNC recuerda que el peso de las ayudas al sector financiero para superar la crisis continúa siendo de lejos la partida más relevante, sobre todo desde la modificación de los criterios metodológicos de cuantificación por parte de la Comisión Europea. La categoría principal, dentro de estas ayudas al sector financiero, son las garantías (62.197 millones de Euros), seguida por otras medidas de liquidez y recapitalización. Hablamos del año 2011, el primero en el que estas ayudas supusieron un importe de entidad; estas proporciones no habrán cambiado en los dos años siguientes.