BBVA ha lanzado una oferta de canje a los afectados por participaciones preferentes y deuda subordinada de Unnim Banc –conjuntamente ‘Valores Unnim’- El precio de compra de estos productos será del 95% de su valor nominal, pero los afectados ni siquiera llegarán a tocar el dinero, ya que la oferta se formula “con el propósito de los aceptantes de la oferta de reinvertir de forma irrevocable, incondicional y simultánea el importe total obtenido a la compra de acciones de BBVA en una simultánea oferta pública de venta de autocartera por parte de BBVA”, explica el banco en un Hecho Relevante comunicado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores.
El precio de venta de las acciones de BBVA será la media aritmética de los precios de cotización de cierre de la acción de BBVA durante los cinco días hábiles bursátiles anteriores a la fecha de finalización del periodo de aceptación de la oferta, es decir, del 12 al 18 de octubre, ambos inclusive. El importe nominal de las 15 emisiones –3 de preferentes y 12 de obligaciones subordinadas- asciende a 489.687.327 euros.
Es probable que, cuando desembarquen los nuevos accionistas, la cotización de sus acciones vuelva a bajar como ya ocurrió en la primera semana de abril, cuando el banco dio la opción de una conversión anticipada con un precio de canje por acciones de 6’047 euros. En la semana de entrada en el juego de la Bolsa de las acciones ‘canjeadas’, el valor de BBVA en Bolsa bajó alrededor de un 6’22%.
¿Beneficia este canje a los consumidores? No. Los afectados por participaciones preferentes siguen teniendo un producto de riesgo que nunca quisieron –ahora acciones en lugar del plazo fijo prometido inicialmente- y cada día con menos valor real y, en consecuencia, con pérdida de los ahorros. ADICAE continúa luchando, con medidas legales de todo tipo, para forzar a las entidades implicadas a liberar los ahorros secuestrados.
Tras ese proceso los casi 500 millones de euros entrarán a formar parte del capital del BBVA como acciones ordinarias. De esta manera BBVA amplía su capital social, pero los afectados no han hecho más que acumular pérdidas, lo que demuestra un claro choque de intereses y que son los consumidores quienes están pagando el saneamiento de las entidades financieras.