La CNMV asegura que, en lo que va de 2012, ha advertido de más de 500 entidades no registradas que están ofreciendo servicios de inversión en España. Son los llamados chiringuitos financieros, empresas que aún teniendo una apariencia formal de legalidad como empresa y estando debidamente inscritas en el Registro Mercantil y en Hacienda, sin embargo carecen de la legitimación que les da su inscripción en el Registro correspondiente de la propia CNMV -o del Banco de España- que es obligatorio para ser consideradas empresas de servicios financieros y poder actuar libremente en el mercado financiero.

La presidenta de la CNMV, Elvira Rodríguez, indicó en los primeros días tras su toma de posesión, que uno de los mayores logros de los supervisores de las entidades financieras es el sistema de alertas de entidades no registradas, que pone sobre aviso de la actividad internacional de estos ‘chiringuitos’. Estas entidades no están autorizadas para captar ahorro del público e incumplen de forma descarada la Ley del Mercado de Valores.

En ADICAE consideramos que, efectivamente, la detección y advertencia al público de la existencia de chiringuitos financieros es una labor que hay que realizar. Pero la CNMV no puede quedarse exclusivamente en eso, debe ir más allá. El regulador tiene que ser capaz de impedir que estas empresas sigan ofreciendo servicios de inversión, y ha de poner los medios suficientes para que no sigan surgiendo como setas, tal y como está ocurriendo desde que comenzó la crisis.

Es preciso recordar que la CNMV no atajó el ‘modus operandi’ de empresas como Forum Filatélico, Afinsa o Arte y Naturaleza que, aprovechándose el vacío legal existente y actuando por lo tanto al margen de la legalidad, crearon una auténtica pirámide inversora en la que cientos de miles de consumidores acabaron perdiendo sus ahorros.

Y además quienes se están comportando como auténticos chiringuitos financieros, poniendo en peligro seriamente los ahorros de millones de familias, son las entidades ‘oficiales’, bancos y cajas de ahorros que han creado corralitos como los de las participaciones preferentes, deuda subordinada, cédulas hipotecarias,…

En definitiva, la CNMV hace bien en ‘vigilar’ a las entidades no registradas, pero lo que tiene que hacer es poner coto de una vez por todas a los múltiples abusos al ahorro familiar perpetrados por las entidades de crédito.