
“Las participaciones preferentes eran productos extremadamente complejos, que se vendieron muchas veces como si fueran depósitos y que no tenían nada que ver con lo que eran los depósitos bancarios porque eran perpetuas en muchas ocasiones, y porque el pago del cupón estaba ligado a la obtención de beneficios y eso en muchas ocasiones no era suficientemente conocido por parte del ahorrador”. No son palabras de ningún integrante de la Plataforma de Afectados de ADICAE, sino del ministro de Economía, Luis de Guindos, que al fin reconoce las malas prácticas bancarias cometidas por la banca española en la comercialización de participaciones preferentes.
Lamentablemente estas declaraciones de Luis de Guindos llegan tarde, y tras unos meses en los que el Gobierno ha estado esperando a que la ‘patata caliente’ de las participaciones preferentes se enfriase. Lejos de hacerlo, el horno de la movilización social de los afectados continúa con una alta temperatura. Algo que ha obligado al Gobierno, al fin, a tomar cartas en el asunto mediante la redacción de un Real Decreto Ley que verá la luz próximamente.
En dicho Real Decreto se contemplará que los afectados puedan adquirir “productos con una cierta liquidez que no tenían las preferentes, pero con unas condiciones de tipos de interés más reducidos”, según el ministro. De Guindos no aclara, sin embargo, si se trata de bonos con un valor hasta un 70% inferior al valor nominal de las participaciones preferentes. Una propuesta que para ADICAE sería muy poco adecuada, ya que el ahorrador acabaría perdiendo parte de su dinero, por lo que nuestra asociación espera que el Gobierno obligue a la banca a cambiar las preferentes por depósitos, que es lo que los afectados querían contratar realmente.
Un bono es un producto de renta fija emitido a largo plazo. Suele cotizar en el mercado secundario, por lo que su rentabilidad, si se vende antes del vencimiento, vendrá dada no solo por los intereses sino también por la variación de patrimonio que puede producir su compraventa, dependiendo de su precio de cotización en cada momento. En definitiva, un producto complejo y muy alejado del depósito que los ahorradores engañados con las participaciones preferentes quería contratar en la gran mayoría de los casos
Nueva regulación para su comercialización
A partir de la aprobación de este Real Decreto, el Gobierno también regulará la venta de las participaciones preferentes. Aquellas entidades que decidan venderlas tendrán que destinar al menos el 50% de su emisión a inversores institucionales, con las mismas condiciones que a los inversores particulares.
Además, cuando la entidad emisora no cotice en Bolsa se exigirá al comprador una inversión mínima de 100.000 euros. Una exigencia que sería adecuada si se ampliase a toda la banca española y no solo a las entidades que no cotizan en Bolsa. Bankia, Banesto, Banco Santander,CAM, BBVA, La Caixa, Banco Popular, Bankinter y Banco Sabadell, las entidades bancarias españolas que cotizan en Bolsa, han vendido masivamente participaciones preferentes, colocándolas con engaños entre los pequeños ahorradores, y son las que más afectados acumulan. ¿Por qué deben librarse de esta condición? Es algo totalmente ilógico. Además, con la reestructuración del sistema bancario, todas las cajas pasarán a cotizar en Bolsa, por lo que podrán comercializar preferentes a un precio menor.
Otra de las medidas será la creación de un “registro de productos complejos (…) esos productos serán públicos y si un ahorrador quiere adquirirlos se le obligará a poner de su puño y letra que, a pesar de que no es el producto para él, sin embargo lo quiere adquirir”, indica el ministro. Ese registro de producto complejos sería muy sencillo de hacer: actualmente todos los productos bancarios, salvo los depósitos y las cuentas corrientes y de ahorro, conllevan riesgo para los ahorradores. Mientras el Gobierno crea este registro, los consumidores pueden consultar el glosario de términos financieros que ADICAE elaboró hace unos meses, en el que se detallan las características de los principales productos.
ADICAE insiste en que no será suficiente con mejorar y ampliar la información que, en teoría, las entidades deberían dar a los consumidores cuando se enfrentan a la contratación de un producto financiero. Es preciso que se vigile de cerca la forma de comercializar estos productos y que se impongan sanciones ejemplares a las entidades que han vulnerado normativas de comercialización, incluso de nivel europeo como la MiFid.
Nuestra asociación acudirá a los tribunales a principios de septiembre si las entidades no devuelven todos los ahorros a los afectados por las participaciones preferentes. Más de un millón de familias están afectadas por la venta de este tipo de productos, que adquirieron mediante engaños, creyendo que se trataba de un plazo fijo cuando en realidad estamos ante un producto tóxico complejo, altamente especulativo. La única solución ‘sana’ es devolver íntegramente el dinero invertido o cambiarlas por depósitos.







