El Gobierno continúa sin querer darle una salida digna al corralito de las participaciones preferentes que vendieron aquellas entidades que ahora administra el Estado a través del FROB y sigue ‘negociando’ con la Unión Europea que los afectados contribuyan a la reestructuración de cada entidad, como si la banca no hubiera intentado ya recapitalizarse a costa de los afectados a los que, mediante engaños, consiguió colocarles estas participaciones preferentes en lugar de los depósitos a plazo fijo que querían la inmensa mayoría de los afectados.

ADICAE rechaza frontalmente la iniciativa del Gobierno central de negociar con Bruselas el rescate de las preferentes de las cajas de ahorro salvadas de la quiebra. Para Manuel Pardos, presidente de nuestra asociación, el deber de devolver los ahorros a los inversores es sólo de las entidades financieras, ya que son ellas las que han comercializado estos productos tóxicos. «Ante el fraude, el Eurogrupo y el Gobierno no pueden tapar la estafa de los bancos con ningún tipo de negociación y exigimos que sean ellos los que se hagan cargo», indica Pardos.

La fórmula que al parecer se está negociando entre la Unión Europea y el Gobierno para rescatar las preferentes pasaría, según diversos medios de comunicación, porque los ahorradores asumieran una quita inicial de entre el 50 y el 70% del valor de la inversión para después pactar con los ahorradores un calendario de cobro. Una propuesta totalmente lamentable, ya que el ahorrador acabaría perdiendo parte de su dinero.

ADICAE acudirá a los tribunales a principios de septiembre si las entidades no aportan una solución o devuelven todos los ahorros a los afectados por las participaciones preferentes. Más de un millón de familias están afectadas por la venta de este tipo de productos, que adquirieron mediante engaños, creyendo que se trataba de un plazo fijo cuando en realidad estamos ante un producto tóxico complejo, altamente especulativo… y con el que la Banca y el Gobierno quieren hacer pagar a los consumidores los desmanes cometidos por las entidades financieras.