En los últimos años el sistema financiero español ha ocasionado la profunda bancarización de las cajas de ahorros españolas, entidades de supuesto carácter social que desde hace más de 20 años vienen comportándose como la peor versión de un banco.
Las cajas de ahorros han acumulado un gran patrimonio en su obra social, con miles de centros, edificios, obras de arte… la bancarización lleva ahora a plantearse cómo mantener activa dicha obra social. Por ello el presidente de ADICAE, Manuel Pardos, adelanta que nuestra asociación “emprenderá una campaña para que las entidades que se hagan cargo del negocio de esas cajas piensen en donaciones de responsabilidad moral de su obra social. Se han llevado todo un fondo de comercio y tienen que tener esa responsabilidad social, corporativa, moral y ética”.
ADICAE considera que las nuevas entidades que saldrán tras la enésima reestructuración del sistema bancario español no deben ‘comerse’ el patrimonio fundacional de las cajas de ahorros. Un patrimonio, por cierto, al que nunca han aportado lo que deberían. Según su origen, las cajas de ahorros deben destinar a reservas un mínimo de un 50% con carácter general. Después de constituir estas reservas, el excedente se debería destinar al Fondo de Obra Social, pero ninguna entidad destinó a obra social más del 30% de sus beneficios.
En este sentido el presidente de ADICAE lamenta que “hay un claro desastre ligado a la burbuja inmobiliaria y a aventuras de todo tipo de caciquismo local, político y económico. La responsabilidad social corporativa de las cajas de ahorros ha tenido muchos ribetes de marketing y las nuevas entidades no serán ajenas a ello”.
Además Pardos recuerda que la anterior ministra de Economía, Elena Salgado, prometió la redacción de un Real Decreto Ley que regulase cómo se iban a regir, a partir de ahora, las fundaciones especiales que derivarían de las cajas de ahorros pero, por el momento, “las autoridades se han olvidado”.