Los consumidores tenemos una gran influencia sobre las decisiones que se toman en la economía. Cada compra supone una elección que influye en todo el sistema, pero para que estas decisiones se realicen de forma consciente y tengan la repercusión que cada consumidor desea, tenemos que estar informados y conocer en qué condiciones y bajo qué premisas se producen los productos que consumimos.

Esta capacidad de decisión y de cambio es especialmente importante cuando hablamos de productos alimentarios, ya que en España durante el 2014 gastamos 98.052 millones de euros en alimentación según el Informe del Consumo de Alimentación en España 2014 del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente.

Los consumidores podemos tener una gran influencia sobre las decisiones que se toman en la economía. Cada compra supone una elección que influye en todo el sistema, tenemos que estar informados y conocer en qué condiciones y bajo qué premisas se producen los productos que consumimos.

Y es que:

Cantidades ingentes de comida se retiran del mercado para ser destruidas.

Cada vez menos empresas controlan más cantidad de alimentos aumentando su poder.

Los mercados financieros influyen sobre la disponibilidad de alimentos.

Se lanzan cada vez más alimentos funcionales sin pruebas de sus beneficios.

Los consumidores queremos seguridad alimentaria y nutrición para todos sin poner en peligro las bases sociales, mediambientales y económicas. Queremos un sistema alimentario equitativo, aceptable y viable para mejorar nuestro presente y futuro.

 No al despilfarro de alimentos 

Uno de los grandes problemas que ponen en entredicho la sostenibilidad de nuestro sistema alimentario es el despilfarro de alimentos. Los principales responsables de este problema son las grandes empresas pero los consumidores podemos actuar para frenar sus consecuencias:

Sociales: Casi 900.000 millones de personas en el mundo pasan hambre. Reduciendo los alimentos desperdiciados y desechados a lo largo de la cadena alimentaria se podría paliar esta situación.

Económicas: En nuestros hogares se produce el 42% del desperdicio de alimentos, lo que significa que una parte importante de nuestro presupuesto acaba en la basura.

Medioambientales: La producción del 30% de alimentos que se pierde o desperdicia supone el uso de un 50% más de recursos hídricos para el riego. ¿Qué podemos hacer los consumidores para que todos vivamos mejor? Toma nota: No caigas en tácticas comerciales para comprar más cantidad de la que necesitas, aprovechando dudosas ofertas de 2×1 o similares, porque corremos el riesgo de tener que tirar alimentos.

 ¿Qué más podemos hacer los consumidores para vivir mejor? 

Compra productos de temporada, son más baratos y no deben transportarse desde tan lejos.

Elige productos no envasados, generan menos basura y adaptarás la compra a tus necesidades.

Selecciona envases reciclables o retornables si el alimento necesita un envoltorio por sus características.

Busca alimentos producidos cerca de tu localidad, al eliminar intermediarios se abarata el producto.

Exige información más útil en el etiquetado, tanto en los alimentos envasados como en los no envasados.

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