Los múltiples abusos que millones de usuarios están sufriendo como consecuencia de unas políticas de ultraproteción al sector financiero no se ven acompañados de medida alguna en favor de los consumidores. Una ciudadanía a la que se pretende mantener dormida tratando de que acepte con resignación situaciones y caminos que la perjudican gravemente y que atacan de manera radical los derechos que tienen reconocidos. Frente al intento de que seamos los consumidores y ciudadanos quienes paguemos en exclusiva las consecuencias de la irresponsabilidad y la nefasta gestión de bancos y Cajas de Ahorros, debe exigirse la responsabilidad de los gestores que han llevado a esta situación. Los reiterados escándalos financieros que venimos padeciendo ciudadanos y consumidores desde hace más de 15 años son un síntoma del injusto e ineficiente funcionamiento del mercado financiero.

Pero el maltrato al ahorro de millones de familias se agrava y multiplica con la crisis. A los habituales abusos por parte de las entidades financieras en la comercialización de productos se añade un panorama actual muy sombrío, con altas comisiones y complejos productos que se comercializan con el único propósito de captar dinero, sin importarles si es o no adecuado a los intereses del cliente. Cada semana se conoce un nuevo caso de maltrato, abuso o engaño al ahorro de las familias: ningún ahorrador está libre de convertirse en víctima mientras no se garantice una verdadera transparencia y control de las instituciones.

El último de los grandes fraudes es la venta a destajo de productos como participaciones preferentes, bonos y obligaciones subordinadas, cuotas participativas y una larga lista de perniciosos productos de ahorro que han sido colocados a más de un millón de ciudadanos dentro de un gigantesco plan bancario orquestado para salvar sus cuentas a costa de defraudar el ahorro de la ciudadanía, machacada ya por la crisis y el paro, y que han originado la situación más próxima que se ha conocido en España a un corralito en el que se han bloqueado los ahorros de más de un millón de personas. Pero no sólo el ahorro es objeto de fraude, abuso y maltrato. Millones de consumidores y ciudadanos sufren infinidad de abusos bancarios bajo la más que permisiva lupa de los supervisores y las instituciones en España.

Son conocidos los dramas de las hipotecas de cientos de miles de familias embargadas y desahuciadas de sus viviendas, y de los millones de hipotecados que pagan con gran esfuerzo sus hipotecas y muchos están al borde del impago. El engaño de los denominados swaps, derivados financieros que se vendieron a hipotecados como si de seguros frente a la subida de tipos de interés se tratara, o el masivo abuso de las cláusulas de suelo hipotecarias, por el que, con la bendición del Banco de España, cuatro millones de familias están pagando 5.000 millones de euros más de lo que les corresponde, entre otros abusos. En ADICAE creemos que es hora de decir basta. Es necesario despertar, hacer frente a los abusos. Para ello es necesaria una posición activa y crítica que se transforme en fuerza colectiva para cambiar nuestra posición en la economía y el sistema financiero. Debemos organizarnos, para que no paguemos los de siempre la corrupción e ineficacia de banqueros, políticos, empresarios, ejecutivos y banqueros causantes de la grave situación que atravesamos.

Por Manuel Pardos, presidente de ADICAE.

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