La decisión de la Generalitat Valenciana de colocar 1.000 millones de su deuda pública, ampliables a 1.500 tiene como punto de partida conseguir liquidez rápidamente ya que una de las condiciones de la emisión es que el desembolso se materialice antes del 22 de diciembre. Pero, tras la devolución de los intereses al vencimiento de estos bonos, la Generalitat se habrá endeudado todavía más. Además hay que tener en cuenta que la Generalitat tiene todavía autorización para emitir un añadido de 1.600 millones de euros en lo que resta de año.

Desde el punto de vista del consumidor, los bonos que ofrece la Generalitat pueden considerarse atractivos ya que el tipo de interés fijado es del 4’75%, pagadero al vencimiento, a un año. La rentabilidad de todos los depósitos a doce meses que ofrecen las entidades financieras está por debajo del 4’75% -sólo Caixa Penedés ofrece el mismo tipo de interés-. Incluso la mayoría de estos productos se encuentran por debajo del 4%.

Desde el punto de vista de los consumidores se trata de una oportunidad ciertamente aprovechable para aquellos que inviertan a un año vista y no piensen tocar su dinero en dicho plazo. Sin embargo hay algunos puntos que es preciso aclarar. Primero: Tendrá que tributar a Hacienda un 19% como retención a cuenta del IRPF. Segundo: si hay una gran demanda se producirá prorrateo, es decir, al consumidor se le podría asignar una cantidad menor de bonos que la solicitada. Tercero: Si no es cliente de alguna de las entidades colocadoras, le cobrarán diversas comisiones por apertura de cuenta o, incluso, por custodia de los bonos. Cuarto: El consumidor debe asegurarse de que, ciertamente, no se le cobrarán comisiones al vencimiento.

El consumidor debe tener claro qué es lo que contrata. Se trata de deuda pública de la Comunidad Valenciana, a pagar por el Gobierno valenciano al vencimiento de dicho bono. Hay que tener en cuenta que estamos hablando de la Comunidad con mayor endeudamiento de toda España en términos de ratio sobre el Producto Interior Bruto (PIB), con un 16%. Asimismo varias agencias de calificación de rating rebajaron recientemente la calificación de la Generalitat Valenciana. Estas empresas valoran las emisiones de deuda de una entidad dependiendo de su capacidad de pago, su solvencia financiera y la vulnerabilidad ante posibles riesgos externos que afecten a sus futuros flujos de ingresos o al valor de sus activos. El endeudamiento de la Comunidad Valenciana supone ligeros nubarrones para el futuro de la región a medio plazo y también hay que tener en cuenta que estos bonos no están garantizados por el fondo de garantía de depósitos.p { margin-bottom: 0.21cm; }

 Los bonos no están garantizados por el fondo de garantía de depósitos 

En sólo una semana los minoristas ya han suscrito 513 millones de euros. Desde ADICAE aconsejamos a los consumidores que, en caso de lanzarse a la contratación de los bonos valencianos, negocien las comisiones con las entidades financieras que colocan este producto, que no firmen la contratación de ningún otro tipo de producto vinculado -llevarán comisiones- y que consigan información fidedigna acerca de qué ocurriría en el caso de que quisieran retirar el dinero antes del plazo previsto de un año: qué rentabilidad obtendrían en dicho caso y si existe alguna comisión de cancelación.

 El verdadero negocio es para la Banca 

Tratar de colocar deuda pública en el mercado minorista es una decisión difícilmente entendible desde el punto de vista de la rentabilidad. Dice Camps que los mercado mayoristas se encuentra “cerrados para las comunidades tras el rescate de Grecia”. Quizá pero, ¿por qué? Sencillamente porque las entidades financieras españolas no quieren prestar dinero. Si han cerrado el flujo de crédito para las familias, endeudadas por la propia acción de la Banca, ¿por qué no lo iban a hacer con las administraciones públicas? Además también hay que tener en cuenta que las entidades financieras españolas no andan, precisamente, sobradas de capital. Incluso hay empresas que están teniendo que recurrir a la Banca internacional para conseguir crédito.

Con esta operación el Ejecutivo valenciano conseguirá liquidez, sí, pero a un precio muy elevado a posteriori ya que al tipo de interés del 4’75% que deberá pagar a los que hayan suscrito los bonos al vencimiento de los mismos hay que unirle el 1% de comisión que se lleva el asegurador y el 2% que irá a parar a las arcas de los colocadores, que son La Caixa, Bancaja y CAM -doscientos millones de euros cada una-, Ahorro Corporación -150 millones-, Banco de Valencia -100 millones- y otras quince entidades que colocarán los restantes 300 millones. En global unas comisiones del 3% sobre, por el momento, 1.150 millones de euros, lo que convierte a la Banca en la gran beneficiada de este negocio, y más teniendo en cuenta que las comisiones por colocación de deuda estatal más habituales se sitúan ‘únicamente’ entre el 0’1 y el 1%. p { margin-bottom: 0.21cm; }

En definitiva, al término de la operación el Gobierno valenciano se verá obligado a pagar un 7’75% más de lo que habría recaudado. Es decir: o la Generalitat encuentra una fuerte vía de financiación externa, o su endeudamiento se incrementará todavía más tras el cierre de la operación de los bonos valencianos.

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