
En estos tiempos de tamaña crisis económica e incertidumbre financiera, es fundamental tener los ahorros a buen recaudo, con total disponibilidad. Y si además es posible hacer que crezcan, aunque sea un poquito, mucho mejor. Las cuentas de ahorro son uno de los productos mejor indicados para ello: ofrecen cierta rentabilidad, disponibilidad prácticamente inmediata y, además, están cubiertos hasta 100.000 euros por el fondo de garantía.
¿Qué es una cuenta de ahorro?
Una cuenta de ahorro es un depósito a la vista de tipo ordinario. A diferencia de los depósitos a plazo en los que el dinero queda retenido durante un periodo de tiempo, las cuentas de ahorro se caracterizan porque el titular puede tener una disposición inmediata de sus ahorros, sin penalización alguna. El dinero depositado genera una rentabilidad durante un tiempo pactado con la entidad. Periódicamente (cada mes, trimestre o año) se recibe una remuneración en forma de intereses, que debe ser negociado con la entidad y reflejarse en el contrato.
Estas cuentas pueden conllevar algunos costes en forma de comisiones, por lo que es preciso hacer cuentas antes de contratarlas, ya que puede darse el caso de que las comisiones se coman casi totalmente la rentabilidad que, por otra parte, suele ser superior a la de una cuenta corriente e inferior a la de una imposición a plazo fijo.
Tipos de cuentas de ahorro
Cuentas de alta remuneración o supercuentas: Ofrecen un tipo de interés superior al habitual, pero tienen restricciones: su contratación implica que no podemos domiciliar la nómina, la pensión, ni los recibos, aunque como contraprestación suelen tener un interés ‘elevado’. Permiten la disposición del dinero depositado en cualquier momento, aunque a veces es necesario realizar trámites como un traspaso a otra cuenta asociada para hacer un reintegro. Por lo general se contratan por Internet. Su rentabilidad depende del tiempo y del importe de la cuenta.
-Cuentas de ahorro vivienda: El dinero depositado sólo puede ser destinado a la compra de una vivienda. La duración máxima será de 5 años. Cualquier cuenta puede convertirse en una cuenta vivienda, para ello es necesario comunicárselo a la entidad. Hacienda también debe estar enterada de ello. Cada persona podrá tener una cuenta vivienda, no más. Además tienen la ventaja añadida de su atractiva fiscalidad: se puede desgravar el 15% de las cantidades depositadas con tope de 9.015€. ¿El problema? Que sólo se puede sacar dinero para destinarlo a la compra de una vivienda. Si no se hace así, Hacienda obliga a devolver todo el importe desgravado durante la vida del producto.
-Cuenta de ahorro para niños: Su objetivo es la fidelización de los clientes: pretenden que los niños, cuando crezcan, permanezcan en el banco. Podríamos decir que les echan el anzuelo. Tienen una rentabilidad muy baja. Los bancos no suelen aplicar comisiones, algunas ofrecen seguros de vida gratuitos si se realizan ingresos periódicos y de que no bajen de un determinado saldo. Los padres o tutores deberán autorizar la cuenta y sus movimientos hasta que el titular sea mayor de edad.
-Cuentas de ahorro para jóvenes: Se suelen ofrecer a personas con edades comprendidas entre los 14 y los 26 años. Su objetivo es que los jóvenes permanezcan en el banco en su edad adulta. No suelen tener comisiones, se pueden hacer domiciliaciones sin coste y llevan asociada una tarjeta de débito gratuita para los menores de 18 años.
-Cuentas de ahorro para universitarios: Tiene como objetivo la captación de clientes potenciales. Sus ventajas son descuentos a la hora de comprar entradas para actos culturales, en comercios, acceso a zonas universitarias.
Algunas de las cuentas analizadas tienen trampa. Openbank y Caja España – Caja Duero sólo lanzan esta oferta para nuevos clientes. La Cuenta Blue de BBVA tiene como único atractivo la descarga gratuita de canciones durante 24 horas -algo que todo el mundo puede hacer ya de manera legal-, pero a cambio de abrir la cuenta con 100 euros, y domiciliar dos recibos o usar la tarjeta BBVA para que los clientes de entre 26 y 29 años no paguen comisiones. Y el banco ético Triodos Bank ‘juega’ con la solidaridad del consumidor, donando parte de los beneficios de su cuenta a una ONG, algo que los usuarios también pueden hacer por su cuenta con los beneficios de los productos del resto de entidades… aunque, eso sí, en este caso el banco se encarga de hacer las donaciones de manera automática.
En definitiva, es preciso tener claro que las entidades no ofrecen estos productos para enseñar a ahorrar a los más jóvenes o a aquellos que quieren comprarse una vivienda. Lo que pretende la banca es, simplemente, captar clientes para que en un futuro pidan préstamos, contraten sus tarjetas o sus hipotecas. Pero si no se cae en esta trampa, son una buena opción para nuestros ahorros.







