La Comisión Europea ha lanzado un mensaje demoledor a España: tiene las comisiones más altas de la UE (hay quince países analizados) en cuanto a la gestión de fondos de inversión, acciones y bonos comercializados a minoristas. Lo hace en un estudio realizado por Deloitte con el objetivo de que los mercados funcionen mejor para los inversores minoristas.

La principal conclusión de Bruselas tras este estudio es que “no es fácil conseguir un buen acuerdo para un inversor minorista”, y cita tres problemas principales: los precios y comisiones varían mucho dependiendo del Estado Miembro, los bancos y aseguradoras proporcionan poca información, y por último, encontrar un buen asesoramiento es muy complicado o costoso.

La Comisión relaciona el problema de los altos costes de la contratación de estos servicios con la transparencia y llega a la conclusión de que donde hay poca información o la que hay es opaca, el servicio financiero acaba siendo más caro. El estudio advierte de forma muy específica respecto a los seguros de vida y los productos de pensiones. En este punto Bruselas coincide con las tesis de ADICAE que lleva meses pidiendo en el Congreso un pacto por la transparencia en la contratación masiva como una necesidad ineludible para establecer unas reglas de juego que respondan a los cambios operados en las relaciones de consumo hasta hoy día.

Los inversores se enfrentan a enormes desafíos en la recopilación de información, la comparación de datos o la obtención de asesoramiento independiente sobre los diferentes productos que se ofrecen. En la mayoría de los países de la UE, los inversores buscan orientación principalmente de asesores no independientes (es decir, bancos y aseguradoras) que tienden a proponer entre dos y tres productos internos. Según advierte la Comisión cuanta menos información se da al consumidor, es más fácil que éste acabe eligiendo los productos que le ofertan en el banco.

La forma en que se muestra (o no) la información sobre tarifas en la página web del distribuidor depende en gran medida del tipo de producto y del Estado miembro. Aquí España suspende. Las Comisiones para categorías de productos similares varían mucho en los países en toda la Unión. Así por ejemplo España tiene las comisiones de suscripción escandalosamente más altas que en el resto de Europa (3% de media en el caso de los fondos, 5% en el caso de los bonos y otro 5% en las acciones). Dinamarca es el país europeo con comisiones de suscripción más bajas. En promedio, los distribuidores en los Países Bajos y el Reino Unido parecen mostrar las tarifas más bajas para todos los tipos de fondos. Desde ADICAE recomendamos que para analizar la rentabilidad de un fondo garantizado es preciso conocer con precisión sus comisiones ya que pueden terminar ‘comiéndose’ la rentabilidad ofrecida.

Las principales quejas presentadas por los consumidores y recogidas por las Agencias de Protección al Consumidor (CPA) son por la información opaca sobre los precios que conlleva que los clientes se sientan mal informados y las tarifas relacionadas con el producto. De acuerdo a los encuestados, los inversores se quejan de que las comisiones son demasiado altas o que estaban ocultas (por ejemplo, los costes del fondo de inversión subyacente en el seguro de vida).

Respecto a la transparencia y la comprensibilidad de las tarifas, hay poca diferencia entre las páginas en línea de los bancos y las aseguradoras o los supermercados de fondos. Así un inversor minorista probablemente tendrá dificultades para identificar y entender todas las tarifas asociadas con una inversión.

ADICAE insiste en que debe evitarse que ese ‘exceso de información’ suponga hacer descansar exclusivamente en el consumidor la responsabilidad en la toma de decisiones, algo inaceptable desde el momento en que los bancos y distribuidores tienen toda la información, el aparato técnico y el mayor poderío para imponer sus propias condiciones.

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