La presencia de ADICAE en la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés) comienza a dar sus frutos. La EBA, autoridad independiente de la Unión Europea, considera que el número de deudores hipotecarios con problemas de pago en Europa podría crecer todavía más en el futuro, especialmente en países como España en los que predominan los créditos para la compra de vivienda a tipo de interés variable.

El argumento esgrimido por la EBA es que, actualmente, los deudores que no tienen cláusulas suelo en sus hipotecas tienen más fácil pagar su préstamo hipotecario con los tipos de interés de la zona euro en mínimos históricos, y sin embargo las demoras de pago se mantienen estables desde 2010. Alega, además, que una subida de tipos del Banco Central Europeo amenazaría con elevar la morosidad hipotecaria. La EBA acaba de publicar un borrador de directrices sobre el trato que las entidades deben dar a los deudores hipotecarios con problemas de pago.

El objetivo de este documento, al que ADICAE ha hecho aportaciones, es que antes de proceder a la ejecución hipotecaria y al desahucio de las familias, las entidades financieras agoten todas las posibilidades de renegociación de la deuda hipotecaria. La firme apuesta de la EBA son los aplazamientos de pago razonables.

Y es que, tal y como apunta la EBA, la avalancha de ejecuciones hipotecarias que sigue sufriendo España no solo tiene consecuencias nefastas para las familias afectadas -que pierden su propiedad y quedan, además, con una deuda casi vitalicia-, sino que los bancos también pueden sufrir “consecuencias negativas para la estabilidad financiera”, por lo que la EBA aboga por “adoptar medidas para resolver las dificultades de pago antes de emprender la ejecución hipotecaria”. La refinanciación total o parcial del crédito, el alargamiento del plazo, el cambio del tipo de hipoteca, y la moratoria de ejecuciones hipotecarias -como ha propuesto ADICAE a los diversos gobiernos españoles desde 2010- son las principales recetas que propone la institución.

Como pasos previos a estas situaciones, la EBA incide en la necesidad de que la entidad financiera informe al cliente con lenguaje “claro y sencillo” de las cargas en las que ha incurrido por el retraso en los pagos. Y que el personal de la entidad especializado en clientes con problemas de pago sepa encontrar el equilibrio adecuado entre los contactos y comunicaciones sin que éstos sean excesivos. Establecer procedimientos de alerta temprana de problemas es otro de sus consejos.

Esta guía, que está en fase de consultas y alegaciones hasta febrero de 2015, deberá incorporarse a los procesos de supervisión financiera en marzo de 2016 con la transposición de la Directiva de la Unión Europea sobre créditos hipotecarios, cuyo artículo 28 insta a los estados miembros a adoptar medidas para alentar a los prestamistas “a mostrarse razonablemente tolerantes antes de iniciar un procedimiento de ejecución”.

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