El sector eléctrico mueve bien sus cartas: fija una subida de la luz del 11% en la subasta eléctrica; el Gobierno la anula; las empresas “lloran” en los medios de comunicación con un discurso victimista y, cuando el Ministerio de Industria fija por decreto la subida de la luz en un 2,3%, ponen el grito en el cielo. Se lanza el mensaje de que la intervención va a ser perjudicial para el libre mercado, pero, al aprobar una subida en la línea de las de los trimestres anteriores, el negocio sigue siendo enormemente lucrativo para las eléctricas.

Solo han hecho falta diez días de 2014 para demostrarlo. Durante este periodo, el mercado mayorista de la electricidad ha marcado un precio medio de 28,8 euros por megavatio hora (MWh), lo que supone un 40% menos que el precio de 48,41 euros marcado por el Gobierno para el suministro de tarifa durante el primer trimestre.

Para los consumidores, esto se traduce en que, a pesar de que a las distribuidoras les está saliendo la luz a un buen precio, esto no se traladará a una rebaja de su recibo, porque el precio regulado está fijado para todo el periodo del trimestre. El resultado de estos primeros días del año no es extrapolable al resto del periodo, ya que se ha dado la circunstancia de que, gracias al incremento en la producción de la denostada energía eólica, el precio que han tenido que pagar las empresas intermediarias a las productoras (en su mayoría, filiales unas de otras) ha bajado considerablemente.

Aunque es cierto que esta amplia diferencia de precio, que da un enorme margen de beneficio a las eléctricas, se puede considerar circunstancial, la experiencia demuestra que es la norma en el sistema eléctrico. Como se puede apreciar en el gráfico adjunto a esta noticia, en los últimos cinco años, solo en cinco ocasiones el precio para el distribuidor ha sido más alto que el precio pagado por el consumidor. Dicho de otro modo, de un total de 60 meses, solo en cinco las eléctricas perdieron, y por un margen escasísimo comparado con los beneficios obtenidos durante los restantes 55 meses. En abril de 2013 se llegó a un máximo de 150% de diferencia entre el precio que pagaban los consumidores y el precio del mercado mayorista, gracias a la producción eólica e hidroeléctrica, que abarató la producción.

¿Es justo para los consumidores?

Estos datos ratifican lo que desde ADICAE se lleva meses denunciando, un mercado eléctrico desequilibrado en el que los consumidores están en posición de inferioridad y desprotegidos ante la rapacidad de las grandes empresas. La reforma eléctrica del Ministerio de Industria, a la que los consumidores continúan mostrando su oposición a través de la campaña ‘Di NO a esta reforma eléctrica’, ha demostrado con apenas semanas de vida que perpetua los problemas que arrastra el sector desde su liberalización. ADICAE insiste en la necesidad de una auténtica reforma del sistema, en la que los consumidores sean tenidos en cuenta y que aborde el creciente drama de la pobreza energética.

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