Incluso las insuficientes y absurdas medidas planteadas por José Luis Rodríguez Zapatero para ‘proteger’ a los hipotecados españoles han sentado muy mal en el seno de la Banca de nuestro país. El sistema bancario ha tejido una fuerte telaraña hipotecaria en la que ha atrapado a cientos de miles de consumidores, que no pueden hacer frente a los pagos de sus hipotecas, y no quiere que nada ni nadie se interponga en su camino. Todo sólo por seguir aumentando su beneficio. Y a costa de los consumidores y de toda la economía.
Una vez más el encargado de ejercer de portavoz del sistema bancario ha sido el BBVA. Más concretamente su consejero delegado, Ángel Cano, fiel escudero del ‘lobby’ bancario y defensor a ultranza de abusos hipotecarios como las cláusulas suelo. Cano, cuyo banco ha puesto trabas a la Justicia para que, impedir, por ejemplo, que progresase la demanda de ADICAE por el caso de los swaps hipotecarios, se permite el lujo de advertir al Gobierno de que “puede dañar el mercado hipotecario” si cede ante “presiones populistas”.
En un nuevo alarde de su habitual cinismo, Ángel Cano indicó que «por el bien de los clientes y de las empresas, el Gobierno deberá velar por la seguridad jurídica de las hipotecas, para que estas no se encarezcan”. Seguramente a Cano, al pronunciar estas palabras, le traicionó el lenguaje y en lugar de ‘clientes’ quiso decir ‘beneficios’, ya que los únicos que están atentando contra los clientes son los dirigentes de las entidades financieras a través de sus múltiples productos tóxicos y abusivos, denunciados masivamente por ADICAE.
Con estas amenazas los banqueros ponen de relieve su propia mentira. Si estamos en un mercado ‘libre y competitivo’, es lógico pensar que todas las entidades competirán por ofrecer hipotecas y productos más baratos. ¿A qué tiene medio la Banca? Quizá no exista esa competencia que ellos predican y quizá, en el fondo, exista un monopolio bancario… Hay que acabar con este feudalismo financiero.
