Corren malos tiempos para los planes de pensiones privados. Pese a que las entidades financieras e incluso el Gobierno vienen lanzando el mantra de la necesidad de contratarlos para compensar el recorte de pensiones públicas que auguran para las futuras generaciones, lo cierto es que este producto de ahorro ha menguado sus beneficios. Su rentabilidad acumulada cayó en el primer trimestre de 2015 al 4,38%, perdiendo un 30% de su rentabilidad en apenas tres meses. De los 8.337.873 partícipes que había en el primer trimestre de 2012, solo quedan 7.855.095 según la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones.

Si el objetivo de estos movimientos de capital en los planes de pensiones fuera obtener una mayor rentabilidad, o ‘castigar’ a nuestro banco, no es necesario rescatar completamente el plan de pensiones: bastaría con traspasarlo, es decir, llevar el dinero a otro plan que nos interese más sin necesidad de sacarlo.

Los planes de pensiones se pueden traspasar parcial o totalmente. Hacerlo es gratuito y no hay ninguna penalización fiscal. Las opciones de traspaso son: de un plan de pensiones a otro, o de un plan de pensiones a un Plan de Previsión Asegurado (PPA), o viceversa.

 Cómo traspasar un plan de pensiones 

El primer paso para traspasar un plan de pensiones es elegir un plan de pensiones adecuado a nuestras necesidades y características. No debemos dejarnos llevar por la rentabilidad actual del plan, sino que es recomendable examinar sus rentabilidades pasadas y en qué se invertirá nuestro dinero una vez depositado (acciones de diversas empresas, deuda pública, renta fija…).

Los planes de pensiones tienen una serie de comisiones que hay que tener en cuenta: comisión de gestión, recibida por la gestora del fondo, como máximo del 1,5% sobre el patrimonio del plan; comisión de éxito de hasta el 9%, sobre la rentabilidad obtenida en este tipo de productos; comisión por traspaso de planes de pensiones, con importes fijados por cada entidad, variando del 0,05% al 0,25%.

Una vez elegido el plan, debemos solicitar a la nueva entidad el traspaso de nuestros ahorros, identificando claramente el plan de pensiones de origen y el de destino. La entidad gestora del nuevo plan que vamos a contratar se encargará de la movilización, haciendo todos los trámites necesarios ante la entidad gestora de origen, ordenando ésta la transferencia en un plazo máximo de cinco días hábiles.

 Posibles problemas 

Uno de los argumentos sostenidos por las entidades financieras para resaltar el ‘atractivo’ de los planes de pensiones son sus ventajas fiscales. Si bien es cierto que el partícipe podrá deducirse en el IRPF las aportaciones, cuando rescate el plan de pensiones en su liquidación el capital tributará al 21%.

Además, los ‘regalos’ que ofrecen las entidades financieras por abrir un plan de pensiones -bicicletas, televisores, tabletas, jamones, ollas a presión…- a efectos fiscales se consideran rendimientos del capital mobiliario, por lo que el consumidor deberá pagar a Hacienda por ellos.

Finalmente la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones reconoce, en su última Memoria del Servicio de Reclamaciones, que el segundo motivo de las reclamaciones interpuestas en los planes de pensiones se refiere al retraso en la ejecución de los traspasos y su efecto sobre la rentabilidad final del producto.

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