La posición del Banco Central apostando por el traslado a los consumidores del tributo al sector bancario constituye un despropósito mayúsculo y un ataque directo a los consumidores
El planteamiento del BCE sigue la senda y enfoques ya aplicados por el Banco de España, que en su momento justificó en un informe aportado al Senado el mantenimiento de las «cláusulas suelo» por el daño que haría a la banca su eliminación
Incitar a que un impuesto que se aplica a una empresa se traslade a su clientela de forma casi directa supone alterar el sentido del tributo y su sujeto pasivo.
ADICAE, que valoró muy positivamente los dos nuevos impuestos temporales a la banca y a las grandes energéticas al considerarlas medidas «largamente esperadas por los consumidores y ciudadanos», insiste en que los ingresos por estas tasas se repercutan íntegramente en políticas destinadas a los consumidores y usuarios.
En todo caso el presidente de Adicae, Manuel Pardos, ha recordado que los resultados habituales de los impuestos «significan una cantidad ínfima de los beneficios de ambos sectores, que en estos momentos de grave crisis económica todavía son mayores». En concreto, el impuesto temporal a la banca busca recaudar anualmente 1.500 millones de euros entre 2023 y 2024, cifra que contrasta con los beneficios netos de estas empresas en 2021: los seis principales grupos bancarios elevaron su beneficio el pasado año a 21.795 millones de euros, el mayor desde la anterior crisis.
ADICAE
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