El final de 2009 está suponiendo una avalancha en los mercados financieros. El culpable, la aceleración en la comercialización de fondos de inversión. De todos ellos, están adquiriendo importancia cada vez mayor los fondos garantizados, que son aquellos que se ajustan más al perfil del inversor-ahorrador más conservador que no quiere asumir riesgo. Sin embargo, hay disparidad de resultados en los nuevos fondos garantizados por parte de bancos y cajas. Intereses, condiciones para la rentabilidad, comisiones, plazo de cautividad del dinero, inflación… todo hay que mirarlo con lupa para decidir si la muletilla “garantizados” tiene razón de ser.

 Garantizados de rentabilidad variable. Cuidado con la Bolsa 

Los fondos garantizados de renta variable son aquellos que invierten la mayor parte del patrimonio en instrumentos de renta variable, especialmente acciones. Este tipo de fondos de inversión condiciona la obtención de rentabilidad a que se cumplan ciertas expectativas en los mercados de valores. Por ello, la rentabilidad no está garantizada. La siguiente tabla muestra las principales características de algunas de estos fondos.
Lo más destacable es que la mayoría de los fondos comercializados están dirigidos a clientes muy conservadores. De ahí que la garantía cubra el 100% de la inversión en casi todos los casos. Quiere decirse que, pase lo que pase, el ahorrador recuperará su ahorro íntegro. Sin embargo, no siempre se obtendrá rentabilidad, por lo que en ocasiones el ahorro estará cautivo durante tres o cinco años sin conseguirse rendimiento alguno.

 El IBEX condiciona la rentabilidad 

Los fondos de Ibercaja y BBK analizados tienen en cuenta la evolución del IBEX a la hora de proporcionar rentabilidad. Ibercaja escoge los cinco valores más representativos del IBEX y ofrece un 6,7% anual si en alguno de los tres años de vigencia de la garantía del fondo las cotizaciones de las cinco empresas superan el 110% de la cotización inicial. La TAE máxima anual que se puede conseguir supera de largo la rentabilidad del mejor depósito actual o de la deuda pública a 3 años.
Sin embargo, nada ni nadie asegura que durante los tres años todas las acciones estén al menos un 10% más valoradas que en el momento de adquirir las participaciones del fondo. Lo mismo ocurre con el fondo de BBK. Permite obtener un 46% de la revalorización anual del IBEX (con un límite anual del 35%). Si la Bolsa baja, el fondo de inversión no genera ni un solo euro.

 Más difícil todavía: la bolsa europea también condiciona algunos fondos 

Los otros cuatro fondos condicionan la rentabilidad a la evolución del índice DJ Euro Stoxx 50 (el índice de Bolsa de referencia de la eurozona, compuesto por las 50 mayores empresas). Los fondos de la Caixa y Santander otorgan rentabilidad dependiendo de la revalorización punto a punto de las 50 acciones del EuroStoxx50. El fondo del Santander podría resultar más ventajoso pues permite ganar hasta el 65% de la revalorización, por un 29% de la Caixa, sin embargo el Santander sólo garantiza un 90% del capital al vencimiento. Esto significa que si la bolsa europea no sube, el fondo supondrá unas pérdidas cercanas al 3,5% anual. En cambio, si la bolsa sube, el de Santander genera más que el de la Caixa. Queda claro que los fondos que no garantizan el 100% del capital están sujetos a un cierto riesgo, que es inaceptable para quienes busquen ante todo seguridad en sus inversiones. El fondo de Bancaja tiene una rentabilidad máxima más atractiva (supera el 10%) pero exige que el índice Eurostoxx50 no sea, ni por un día y durante cuatro años, superior al 140% del valor inicial. De lo contrario, si la bolsa sube hasta el punto de superar ese 140% de la observación inicial, la rentabilidad baja hasta pagarse un 3% al finalizar la garantía (un escuálido 0,85% TAE anual).

 Apuestas difíciles de cumplir en muchos casos 

Así pues, la renta variable como método de obtención de rentabilidad no es la mejor decisión para los consumidores de perfil conservador que valoren la tranquilidad. Exige amplios conocimientos del mercado bursátil para prever los movimientos y actuar en consecuencia con el fondo más adecuado. El riesgo de obtener rentabilidades nulas es patente. Sólo se tiene que cumplir que la Bolsa se estanque. ¿Merece la pena inutilizar el ahorro durante cuatro años de media para, quizá, no obtener ni un euro?

 Garantizados de renta fija: escaso interés  

A esa conclusión se llega rápidamente cuando se observan las rentabilidades que estos productos otorgan al consumidor. Un rendimiento en torno al 2% TAE anual se antoja muy pobre para un producto que, aunque es de bajo riesgo, requiere tener indisponible por un periodo de tiempo medio-largo el ahorro.
El fondo del BBVA roza el ridículo, al dar un cupón de rentabilidad del 5,422% al final de la garantía lo que hace una TAE del 1,55% anual. Eso es menos de lo que dan muchos depósitos en la mayoría de entidades. Los fondos del Pastor, Caja España y Unicaja dan por encima del 2% anual, que en el momento actual es algo más aceptable. Sin embargo, una hipotética subida de tipos de interés por parte del BCE supondría que los depósitos y plazos fijos habituales rentarían más, dejando por debajo la rentabilidad de estos fondos con el negativo añadido de tener el dinero inmovilizado durante más tiempo.

 Mini-rentas para contentar al personal 

El fondo de Caja Laboral ofrece pagos trimestrales fijos: el primer año 18 euros trimestrales por cada 6.000 mantenidos en el fondo, que se aumentan a 25,5 € el segundo año y a 32,04 el tercero. La única ventaja con respecto a un fondo clásico es que se perciben los intereses cada tres meses, en lugar de recibirse al final. Eso sí, la rentabilidad brilla por su ausencia, pues se sitúa en el 1,68% TAE anual.

 El no va más: pagar con participaciones  

Por último, el fondo de Caja Madrid paga también con renta trimestral, pero en la forma obligatoria de participaciones. La participación es un instrumento financiero que confiere derecho a participar en los beneficios de la entidad. ADICAE ha manifestado en diversas ocasiones que las participaciones (ya sean cotidianas o preferentes) no son una forma óptima de ahorro para el consumidor. Es preciso evitar este tipo de rentabilidad que no se basa en dinero líquido sino en la cesión de determinados derechos. En el caso que nos ocupa, la “equivalencia” garantizada de tales participaciones es de 5 euros trimestrales por cada 1.000 euros mantenidos en el fondo.

En resumen, los fondos garantizados de renta fija no suponen una gran ventaja para el consumidor. Su mayor seguridad y la tranquilidad que confieren penalizan fuertemente la rentabilidad hasta el punto de resultar similares a los plazos fijos y depósitos. Una subida en los tipos de interés dejaría “fuera de juego” estos fondos, cuyos vencimientos son 2012 y 2013. Sin embargo, todavía es pronto para vaticinar esas subidas de tipos.

 Comisiones, comisiones, comisiones…  

Básicamente, existen cuatro comisiones a la hora de operar con fondos de inversión. El patrimonio del fondo soporta dos comisiones: la de gestión y la de depósito, mientras que el partícipe soporta las de suscripción y reembolso. Todas las rentabilidades expuestas anteriormente se suponen para un consumidor que ha contratado el fondo en el periodo de comercialización del producto (cuando la comisión por suscripción generalmente no existe) pudiéndose alcanzar sólo si se mantiene íntegramente la inversión hasta el final de la garantía. En caso contrario, el fondo generará menos rentabilidad, cuando no pérdidas, debido a las comisiones aplicadas.

Las penalizaciones impuestas por adquirir participaciones a posteriori o por venderlas antes del vencimiento suponen importantes reducciones en la rentabilidad. En la mayoría de los casos, salirse de los fondos de renta fija anticipadamente es sinónimo de perder dinero. Por ello el consumidor debe pensar seriamente si le conviene inmovilizar su ahorro en estos productos. Si el ahorro debe permanecer en instrumentos líquidos en caso de necesidad, el fondo de inversión es el peor uso que se le puede dar.

 Haga cuentas y compruebe cómo es posible perder con un fondo garantizado  

Un mismo fondo, dos situaciones y dos resultados muy distintos. Basta una suposición (y muy realista) para desechar un fondo garantizado como método de ahorro seguro y rentable. Supongamos el fondo de BBVA…

– Inversión inicial: 10.000 €

– Rentabilidad neta: 5,422% en 29/3/2013

– Adquirido el 20-10-2009 (dentro del periodo de comercialización, sin comisión de suscripción y con la comisión de gestión más baja)

Si se mantiene el fondo hasta el 29/3/2013, se obtiene la rentabilidad máxima prometida, un 1,55% TAE anual (542 euros)

→ Patrimonio final: 11.542 euros

– Inversión: 10.000 €

– Rentabilidad neta: 5,422% en 29/3/2013

– Adquirido el 1-1-2010

– Comisión de suscripción: 5% (500 euros)

Si mantiene el fondo hasta 1-1-2012 ha de afrontar el 1% de comisión de reembolso, por tanto generará en los dos años de permanencia:

– Intereses netos a favor: 5,125% (512 euros)

– Comisión de reembolso: 100 euros

→ Patrimonio final: 9.912 euros

El fondo de BBVA tiene una rentabilidad anual de – 0,5% en este supuesto. Sólo ha habido que considerar el reembolso anticipado del fondo y la suscripción “tardía”. Las comisiones, nuevamente, producen un efecto adverso en el consumidor, el cual puede acabar perdiendo su ahorro por muy “garantizado” que esté.

 Y no se ha tenido en cuenta la inflación…  

En todo el análisis no se ha tenido en cuenta el efecto del aumento de los precios. Aunque en el momento actual los precios decrezcan ligeramente, esta situación cambiará en los próximos meses. Por tanto, convendrá analizar la inflación como elemento decisorio a la hora de considerar un producto de ahorro u otro.

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