Va dirigido a niños de entre 6 y 14 años y se desarrollará en los colegios dentro del horario escolar; consiste en un conjunto de actividades con el material pedagógico facilitado por el banco, y se estima que tendrá una duración de 3 años Está previsto que en una primera fase participen en el programa más de 1.600 centros escolares y 200.000 alumnos de primaria y ESO.

“Casualmente”, se presentaba el mismo día que el Ministerio de Educación, en conjunto con la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y el Banco de España, firmaba un convenio de colaboración para desarrollar el programa de educación financiera en Secundaria.

 ¿Formar o vender?

Que el Ministerio de Educación desempeñe su función y proporcione herramientas educativas a los ciudadanos es de esperar, pero lo que resulta un tanto extraño y provocador es que una entidad bancaria dé formación en unos aspectos en los que tiene una clara visión interesada y subjetiva.
Teniendo en cuenta que el programa educativo del BBVA lo van a impartir “voluntarios”, que no son otros que trabajadores de las sucursales, exclusivamente orientados a vender, ¿qué clase de objetividad podemos esperar? Sin ninguna duda la finalidad es continuar el negocio, y eso ellos saben hacerlo muy bien. En un sector en el que se vende por objetivos, los niños son los próximos; y el medio, en vez de una sucursal, es un aula.

 El contenido y la imparcialidad, a examen 

En principio, es buena la idea de educar a los escolares en los conceptos económicos básicos, pero no con intereses de por medio. Porque en algún momento habrá que contar a estos niños que el BBVA, o cualquier banco poderoso, antepone los intereses económicos de sus dueños a todo lo demás, incluso al sentido común más elemental. Tan elemental que hasta los más pequeños entenderían el significado de las palabras fraude o abuso; por eso, esperemos que también hablen de las malas prácticas que llevan a cabo.
Hay que informar, pero también enseñar a ser crítico. ¿Aprenderán los escolares a identificar cuándo una entidad está intentando aprovecharse de ellos, y a rechazar productos que no les convienen?

 Publicidad y lavado de cara 

Con el lema de «No se puede bancarizar sin educar”, el BBVA indica la necesidad de instruir a niños y jóvenes en la “prudencia, responsabilidad, ahorro, esfuerzo y solidaridad”. Como ejemplo, el 5º principio del programa educativo aboga por “el comportamiento ético y la integridad personal y profesional como forma de entender y desarrollar nuestra actividad”. Antes de nada, recordemos que bancos y cajas han impulsado el consumismo hasta el límite del sobreendeudamiento para beneficio propio, que a menudo emiten publicidad engañosa, cobran unas comisiones que rozan lo ilegal, incumplen los informes emitidos por el Servicio de Reclamaciones del Banco de España…¿Dónde está aquí la ética?
Si de verdad ésta y otras entidades se hubieran dedicado a ofrecer un buen servicio al consumidor y menos a lucrarse a su costa, podríamos empezar a hablar de integridad profesional; poco podemos añadir cuando salimos del banco con todo tipo de seguros, pólizas y tarjetas imprescindibles, como buenos hijos del sistema que pretenden que seamos.

 Evitar errores pasados…¿los suyos? 

“Es muy importante que los niños entiendan qué es el dinero y cómo funciona, para evitar los errores pasados” dice Francisco González, presidente del BBVA.
Pues sí, tiene razón. Son muchos errores los cometidos. Pero que no intenten responsabilizar al consumidor ni nos hagan creer que han sido por desconocimiento. Puestos a descubrir verdades, que les cuenten a los chavales qué ha pasado con la especulación financiera promovida por entidades similares a la que patrocina la “asignatura”.
Y para los errores que nos quedan más cercanos, estos del tú a tú, que también hablen del trato digno y respetuoso. ¿Se les va a advertir de lo pesados que tendrán que ponerse cuando quieran que el empleado de turno pierda 5 minutos en aclararles unos documentos incomprensibles o solucionarles un problema?

Propuestas por una cultura y educación financiera de calidad de ADICAE

No sólo hay que apoyar el consumo responsable, sino también facilitar las herramientas necesarias que permitan al estudiante ser crítico en estos aspectos.

Generar dinámicas participativas y que involucren a los jóvenes, para concienciar de la importancia de ser un consumidor activo de productos financieros, con iniciativa frente a las entidades para reclamar sus derechos.

Fomentar la capacidad de análisis crítico y de autonomía para actuar en consecuencia.

El despliegue de medios ha de ser importante. Es necesario que los niños se acostumbren a tratar estos temas desde la escuela, y que haya una continuidad hasta abarcar todos los sectores de la sociedad (jóvenes, adultos, inmigrantes…)

Abrir chat
1
💬 Consulta tus dudas de consumo
Escanea el código
Hola👋
Si tienes cualquier consulta o duda sobre consumo puedes hacerla por aquí