El mantra de la recuperación económica y los estímulos psicológicos al consumo y la demanda interna como vehículos de salida de la crisis están logrando su efecto. La deuda de las familias subió en junio en 3.465 millones de euros, hasta los 772.721 millones de euros, con lo que rompe la tendencia de seis meses de descensos consecutivos, según datos del Banco de España.
El organismo supervisor constata que en junio se frenó el proceso de desendeudamiento de los hogares españoles que se ha venido produciendo durante esta crisis económica, un proceso que ha logrado reducir más de un 10% del saldo crediticio vivo correspondiente a consumidores durante los últimos cinco años. Sin embargo, este proceso ha ido en paralelo con una reducción de similar proporción en los ingresos familiares.
Lo que explica que la capacidad de ahorro de las familias está descendiendo vertiginosamente, y es ya la menor de los últimos quince años. Pues bien, a pesar de esta merma en las rentas de los consumidores, los poderes económicos y políticos están consiguiendo que se vuelva al consumo insostenible vía crédito; El Banco de España refleja un fuerte aumento de los créditos al consumo de las familias, que crecieron un 3,8% respecto a mayo, hasta alcanzar los 171.959 millones de euros.
Esto significa que en apenas un mes se ha incrementado esta deuda en créditos al consumo en un total de 6.300 millones de euros, una cifra escalofriante que implica, si se contabilizan los créditos nuevos restando los que se terminan de pagar, que cada hora se están firmando 10 millones de euros en préstamos al consumo. Se trata de unos préstamos que tienen unos intereses mucho más elevados que las hipotecas, con idénticos abusos y condiciones leoninas.
Por lo menos, el Banco de España asegura que la deuda hipotecaria siguió descendiendo, con una caída del 0,47%, para situar el saldo hipotecario vivo de los consumidores españoles por primera vez por debajo de los 600.000 millones de euros desde que comenzó la crisis. Una buena noticia que, sin embargo, la banca se está encargando de convertir en un problema; la salida de la crisis no pasa por más crédito ni deuda, ni por convertir hipotecas en préstamos personales.
