Bancos y cajas continúan su lucha por captar efectivo y nuevos clientes para mejorar así su liquidez, para cumplir con las exigencias del decreto aprobado en febrero por el Gobierno. En este sentido, el esfuerzo por captar las nóminas se ha redoblado tras la aprobación de la nueva ley contra los depósitos de mayor rentabilidad, que entró en vigor a principios de julio, y que cierra la puerta a tipos de interés que superen en más de 100 puntos el Euribor medio a 12 meses (lo que actualmente supondría un límite de poco más del 3%).

Así, con los depósitos limitados, la importancia de hacerse con las nóminas y, en ocasiones, con las pensiones de los consumidores se hace aún más patente para bancos y cajas. Las estrategias para conseguirlo son variadas: presunta eliminación de comisiones, tarjetas “gratis”, regalos llamativos, devolución de recibos, condiciones preferentes en productos de la entidad… Pero, para saber si nos interesan o no, también hay que tener en cuenta las contraprestaciones que se le exigen al consumidor: largos periodos de permanencia, compromiso de pago de un número mínimo de recibos, gasto mínimo con la tarjeta de la entidad…

 Bancos y cajas se convierten en bazares 

A la hora de comparar las diferentes opciones para elegir la entidad en la que depositar nuestra nómina, resultan muy llamativos los regalos que éstas nos ofrecen. Las ofertas de bancos y cajas les asemejan, cada vez más, a auténticos bazares que nos ofrecen desde todo tipo de cachivaches tecnológicos hasta tarjetas regalo, pasando por relojes o menaje de cocina.

A este respecto, lo primero que debe hacer el consumidor es evaluar si realmente necesita o le interesa el regalo que le ofrecen. Lo siguiente sería calcular si le compensa lo que tiene que aportar a la entidad para conseguirlo. Así, deberíamos plantearnos cuál es la rentabilidad que nos da, por ejemplo, una tarjeta regalo de 125 euros si para conseguirla tenemos que ingresar 1.000 euros durante 24 meses. Es decir, ¿realmente nos interesa comprometernos a ingresar un total de 24.000 euros para que nos den 125 euros? Para saberlo, hay que tener en cuenta otras muchas cosas. Precisamente, uno de los principales aspectos a tener en cuenta a la hora de decidirse por una u otra entidad para ingresar nuestra nómina es el compromiso de permanencia, es decir, el tiempo en el que no podremos mover nuestra nómina a otra entidad aunque encontremos una oferta mejor, ni acogernos a nuevas y mejores de nuestra entidad.

La mayoría de bancos y cajas establecen un plazo mínimo para que el cliente pueda acogerse a las ventajas ofrecidas y, en caso de incumplimiento, fijan también la cuantía de penalización. El pequeño ahorrador puede encontrarse así con una situación complicada si deja de recibir el sueldo mínimo requerido por el banco o caja y encima tiene que “compensar” al banco por ello. Es decir, en caso de que pierda su empleo y pase a cobrar la prestación de desempleo, o de que vea su sueldo rebajado por cualquier motivo, el consumidor puede encontrarse con la dificultad añadida de tener que pagarle al banco justo cuando sus ingresos se ven reducidos.

Las exigencias de permanencia oscilan por lo general, entre los 24 y los 30 meses de permanencia, llegando en algunos casos incluso a los tres años, lo que constituyen periodos considerablemente largos. En cuanto a las penalizaciones, los hay que las fijan de antemano, como es el caso de Banca Cívica, que la sitúa en nada menos que 165,19 euros, mientras que otros establecen un tramo fijo y otro variable, que dependerá de varios factores. Así, por ejemplo, Banco Mare Nostrum tiene en cuenta el tiempo que falta para concluir la permanencia, así como el saldo medio mantenido en cuenta durante el periodo de cumplimiento.

 Cuidado con las condiciones 

Para evitar tener que pagar una penalización a su banco o caja, preste mucha atención a las condiciones que éste le obligará a cumplir para que pueda beneficiarse de las ventajas de haber domiciliado su nómina. Así, los hay que no le darán ninguno de los beneficios que prometen si usted no lo pide expresamente al depositar su nómina, así como otros se lavarán las manos si no domicilia su nómina en el mismo momento en que abre su cuenta corriente. Preste atención a estos detalles antes de decidirse por una u otra entidad para confiarle el dinero que tanto le cuesta conseguir cada mes.

Sumado a esto, son muchas las entidades que le exigirán el pago de varios recibos mensual o trimestralmente, contratar la tarjeta de la entidad o contratar algún otro tipo de servicio con ellos. En relación con esto, hay que tener en cuenta que algunos de los productos que las entidades nos ofrecen en condiciones ventajosas si domiciliamos nuestra nómina pueden traer aparejadas comisiones, por lo que no deben contratarse a la ligera. Del mismo modo, desconfíe de las “comisiones cero”, ya que las comisiones de mantenimiento, tarjetas o transferencias (que suelen ser las incluidas en estas “ofertas”) no son las únicas que puede cobrarle su banco o caja, e incluso éstas suelen estar sujetas a condiciones. En otros casos, la rentabilidad de los depósitos, fondos y otros productos que nos ofrecen en teóricamente “ventajosas condiciones” es, además, bastante dudosa. Infórmese bien de ello antes de realizar su elección definitiva.

 Ojo con los compromisos de gasto 

Pero aún hay más. Es posible que, para poder acceder a los “beneficios” que le otorgará domiciliar su nómina en la entidad, ésta le pida realizar un gasto mínimo con su tarjeta. Hay bancos y cajas que no se conforman con que usted se comprometa a ingresar su nómina cada mes y en penalizarle si sus ingresos no alcanzan el mínimo establecido, sino que además le harán gastar una determinada cantidad de dinero al mes con la tarjeta de su entidad.

Tenga en cuenta que esto supone un gasto añadido, un esfuerzo extra con respecto a su salario y que supondrá un dinero que no podrá gastar en algo que no implique pago con la tarjeta y que tampoco podrá ahorrar por mucho que lo necesite.

 Renegocie con su entidad: reivindique sus derechos 

Finalmente, y aunque hay entidades que también tienen ofertas específicas para los ya clientes, como BBVA o La Caixa, la mayoría de las campañas y ofertas están destinadas solo a nuevas captaciones. En este sentido, si su entidad le está tratando como a un cliente de segunda fila y, lejos de premiar su fidelidad, le ofrece menos que a los recién llegados, le recomendamos que renegocie con ella, mostrándole lo que le ofrece la competencia por llevarse su nómina allí, y busque así mejores condiciones en su caja o banco de toda la vida.

Si pueden ofrecer tarjetas gratis o reducirles las comisiones a los recién llegados, ¿por qué no reclamarlo también nosotros en pago a nuestra fidelidad? ¿O acaso nuestros ahorros valen menos que los de ellos?

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