El estudio ‘Situación de los colectivos de consumidores especialmente vulnerables’  publicado por ADICAE, arroja datos preocupantes acerca del ahorro de las personas menores de 36 años. El aspecto más predominante entre la población joven es su baja capacidad de ahorro, hecho que condicionará otra serie de situaciones y actitudes frente al consumo. Preguntados sobre el nivel de ahorro, dos de cada tres consumidores jóvenes (65%) indica no poder ahorrar nada al mes, seguido de un 24% que lo hace en menos de 100 euros. Por tanto casi el 90% de los jóvenes indican tener una capacidad nula o baja de ahorro. Tan solo un 10% puede ahorrar entre 100 y 300 euros mensuales y un testimonial 1% lo hace en más de 300 euros.

Consultados sobre cómo gestionar sus ahorros, del tercio de los jóvenes que señala que puede ahorrar, la mayoría indica la casi nula disposición a la contratación de productos financieros. La cifra de los que acudirían a su gestor bancario para gestionar su ahorro es cero y el recurrir a expertos independientes casi testimonial, por lo que señalan que prefieren guardar los ahorros en una cuenta corriente o en su casa (17%). Una gran mayoría de los consumidores jóvenes (84%) manifestó que no tenía deudas en la actualidad, siendo un 5% los que dijeron que las tenía por un importe menor a los 1.000 euros o de forma puntual. Un 6% tiene deudas contraídas por un importe mayor a los 10.000 euros.

Un 12% tiene dificultades serias para pagar sus deudas 

El 86% de los menores de 36 años destaca que sólo puede hacer frente a sus deudas a través de una fuerte restricción y control de gastos, llegando justos a fin de mes. Es de reseñar que más de un 12% de los consumidores más jóvenes tiene ya dificultades serias para el pago de las deudas, situándoles en números rojos a final de mes.

Preguntados sobre la posibilidad de tener que realizar un desembolso grande para comprar algo, casi un tercio de los consumidores de menor edad indica que recurriría a préstamos personales en primer lugar. A ello se suma que otro 59% que, a pesar de preferir ahorrar primero, no descarta que en segundo lugar pueda recurrir al crédito. Únicamente un 10% de los jóvenes indica que no realizaría una compra importante si no tienen todo el importe ahorrado previamente.

El 59% de los ciudadanos menores de 36 años recurriría a solicitar un préstamo bancario en caso de necesitar dinero, el 19% utiliza su tarjeta de crédito, el 15% se lo pide a su familia y el 3% acude a un prestamista privado. Tan solo un 2% recurre a un crédito al consumo o a amigos.

Los jóvenes y sus problemas en consumo 

El sector de consumo en el que más problemas han tenido los consumidores de menor edad es en el de las telecomunicaciones, donde un 61% señaló haberlos sufrido. Los siguientes sectores en conflicto son el financiero (18%) y el energético (15%). En último lugar se situaría el sector del transporte con un 5%.

En cuanto a la lectura y repaso de los contratos de consumo, los jóvenes presentan una importante diferencia a la baja respecto a los consumidores de mayor edad. Así casi un tercio de los jóvenes reconoce no leer los contratos que suscribe o sólo en ocasiones dependiendo del producto o empresa.

En el polo opuesto a los consumidores mayores, el 98% de los jóvenes menores de 36 años utiliza Internet para contratar algún servicio o realizar alguna compra, el 82% muy a menudo y el 16% para cosas muy puntuales. Tan solo un 2% dijo que nunca utilizaba ese procedimiento de compra.

Ante un abuso en materia de consumo, la mayoría de los jóvenes (59%) desconoce cómo reclamar sus derechos, que se añade a un 14% que manifiesta que sabe cómo reclamar, aunque cree que no sirve para nada. Sólo un 20% dice que siempre reclama ante cualquier vulneración y un 8% suele reclamar dependiendo del importe o perjuicio. Casi tres de cada cuatro consumidores de menor edad (71%) manifiesta que nunca ha rellenado una hoja de reclamaciones, un 23% que sí lo ha hecho y lo suele hacer, y un 6% que, a pesar de haberlo intentado, en el comercio no se la han facilitado.

Ante la necesidad de hacer una reclamación en materia de consumo, el 70% la realizaría por sí mismo, un 21% prefiere recurrir a una asociación de consumidores como ADICAE, y un 9% se dirigiría a un abogado. Los jóvenes en un 80% tienen una visión negativa de la publicidad, considerando la misma como engañosa y poco clara, aunque se encuentra un importante 17% que nunca se ha planteado esta cuestión, que se suma a un 3% que confía. Es por tanto relevante que una quinta parte de los consumidores de menor edad reconocen una actitud no crítica con la publicidad.

Preguntados por la pertinencia de las actividades dirigidas a los consumidores, casi la mitad de los jóvenes (46%) desconoce las actividades de consumo, aunque señalan que colaborarían en ellas, un 30% cree que son necesarias, pero no colaboraría en ellas, un 19% ya colabora de manera muy activa, y tan solo un 6% piensa que no son necesarias. El 76% de los menores de 36 años encuestados participarían en algún colectivo o asociación de consumidores si tuvieran más información de cómo hacerlo, un 18% indica que en la actualidad ya lo hacen, y sólo un 6% señala que no participaría en ellas. Existe una clara actitud favorable de los jóvenes hacia las organizaciones de consumidores (en un 94%), pero mayoritariamente señalan que desconocen su actividad.

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