De 19ºC a 21ºC. Esa es la temperatura ideal para espacios interiores. Ateniéndonos a esta máxima evitaremos las percepciones equívocas. Se acabó pensar que quizás estamos en mayo cuando durante estos días los termómetros en la oficina marcan 24ºC y que es diciembre en agosto, cuando el aire acondicionado nos hace estornudar y ponernos el jersey que no utilizamos en la calle.

 Trucos para disminuir la factura del gas 

Si vas a salir un rato de casa deja el termostato en 15ºC, es suficiente para mantener el calor. Si mantienes la casa a una buena temperatura durante el día, no es necesario encenderla de noche. Y por las mañanas, no la enciendas hasta haber ventilado la casa (diez minutos como máximo, no se necesita más para renovar el aire).

Un buen aislamiento de todos los cerramientos exteriores de la vivienda, ventanas con doble cristal y carpinterías con rotura de puente térmico suponen también un gran ahorro. A la hora de adquirir una vivienda hay que tener en consideración su orientación; cuantas más horas de luz tenga, menos se gastará en calefacción. Para casos en los que sea posible, instalar captadores solares térmicos para calentar agua puede ayudarte a ahorrar el 85 % de la energía que consume uno eléctrico y el 60 % de uno sólo de gas.

 Reduzca la factura del agua 

Retomar algunas costumbres que se han olvidado como cerrar el grifo mientras se lavan los dientes ayudará a dejar de consumir, por ejemplo, alrededor de seis litros de agua por minuto. Lo mismo pasa en la ducha, que consume como mínimo cuatro veces más agua que un baño.

Es interesante poner perlizadores o goteos en los grifos para que salga menos agua. Este sistema puede ahorrar treinta litros al día. Colocar botellas llenas de agua dentro de la cisterna del vater nos evitará consumir tres o cuatro litros cada vez que la usemos. Y utilizar el lavavajillas y la lavadora -hasta cinco o seis kilos- con la carga completa y emplear los programas adecuados -temperatura del agua, modo ahorro- es igualmente importante.

 Enfrentarse a la factura de la electricidad 

Para disminuir el gasto de electricidad en casa es importante utilizar electrodomésticos de eficiencia energética A+, que son los que optimizan la relación entre cantidad de energía consumida y resultado final del servicio. Un electrodoméstico de este tipo puede llegar a consumir un 55% menos que el mismo en una clase inferior -hay siete niveles de eficiencia-. Si a la hora de sustituir un viejo electrodoméstico compra uno de clase A, puede obtener una ayuda de más de 50 euros. Infórmese sobre el Plan Renove de Electrodomésticos del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio www.mityc.es.

Descongelar el frigorífico periódicamente también ayuda a que los conductos del aparato funcionen mejor y permitirá ahorrar hasta un 30% de energía. Recuerde que no es conveniente meter en la nevera comida caliente y que es mejor sacar lo que se quiera descongelar la víspera.

En el resto de la casa debe tener cuidado con los aparatos electrónicos. Ser cuidadosos y no dejar las baterías encendidas, los cargadores conectados y los aparatos en standby son reglas a las que debemos someternos. La televisión en standby gasta más que el ordenador encendido. Aprovechar la luz natural también nos ayudará a mermar la factura de la luz.

Debemos además acostumbrarnos a utilizar bombillas de bajo consumo, ya que gastan un 20% menos que las habituales y tienen una vida quince veces mayor. Al igual que los electrodomésticos de clase A, aunque en un primer momento nos pueda parecer un gasto ya que son más caras, a la larga es mejor para nuestro bolsillo y sobre todo para el medio ambiente, al que debemos cuidar.

Mientras que usando el lavavajillas sí gastaremos menos agua que fregando a mano, debemos evitar utilizar la secadora y procurar poner la lavadora en el modo ahorro. Y sobre todo: lavar en frío siempre que sea posible, ya que consume alrededor de un 90% menos que en caliente.

Al utilizar el horno debemos evitar abrir la puerta, por donde se escapa el 20% del calor cada vez que husmeamos cómo va el asado. Y lo mismo ahorramos si nos acordamos de tapar las cacerolas. Ajustar las sartenes al diámetro de las placas también permite gastar menos energía, así como apagar los fuegos unos minutos antes que termine la cocción, para aprovechar así el calor acumulado.

 Otros frentes abiertos 

El gas, el agua y la electricidad no lo son todo. En nuestra tarea de conciliar consumo familiar y ahorro nos encontramos otros frentes abiertos contra los que podemos luchar siguiendo unas pautas simples. En torno al transporte, por ejemplo, debemos tener en cuenta que un coche con dos, tres y cuatro personas consume 50 %, 66 % y 75 % menos respectivamente, que con una sola persona. Por ello debemos pensar dos veces si lo cogemos o no, y acostumbrarnos a usar asiduamente el transporte público y la bicicleta.

También es necesario aprender a utilizar de manera consciente el móvil. Llamar menos y optar por una tarifa que nos convenga -de día, de noche, con tarifa plana- adelgazará la factura del teléfono. En tiempo de rebajas es importante además no dejarnos llevar por las ofertas e intentar comprar lo indispensable. En el supermercado, las marcas blancas son las mejores aliadas. Comprar productos frescos y desterrar los precocinados de nuestra lista nos hará un doble favor: bueno para el bolsillo, bueno para la salud.

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