El Banco de España continúa firme en su papel de defensor de los intereses de la Banca y, en lugar de ejercer su papel de supuesto supervisor del sistema bancario español, continúa perdonando y justificando los desmanes de las entidades. El último ejemplo lo constituyen las declaraciones de su gobernador, Miguel Fernández Ordóñez, quien en el X Encuentro Financiero Internacional de Caja Madrid apuntó que el crédito sigue sin fluir, simplemente, porque la “economía real” no lo permite.
Fernández Ordóñez indica que la economía financiera y la real “no son mundos diferentes e inconexos. La realidad es la contraria: la interacción es mutua. Qué duda cabe que es fundamental que el sector bancario esté en condiciones de canalizar el crédito hacia las actividades productivas para que cuando llegue la recuperación pueda atender todo aumento de demanda de crédito solvente”. Y, cínicamente, añade: “Pero esta relación también funciona en el sentido inverso: si la denominada economía real no superara pronto sus propios desequilibrios, el bajo crecimiento, el desempleo y la morosidad podrían acabar afectando muy negativamente al sistema financiero y de esta forma impedirían que bancos y cajas pudieran ayudar a la recuperación económica”.
El señor Fernández Ordóñez parece olvidarse de que los bancos y cajas de ahorros españoles han recibido multimillonarias ayudas precisamente para que vuelva a fluir el crédito entre las familias españolas y otros sectores. Tal fue el caso del Fondo de Adquisición de Activos Financieros, administrado, gestionado y dirigido por el Ministerio de Economía y Hacienda y creado con la finalidad de apoyar la oferta de crédito a la actividad productiva de empresas y a los particulares.
Con una aportación inicial de 30.000 millones de euros, ampliables a 50.000, el FAAF adquirió de las entidades de crédito, con criterios de mercado, activos de máxima calidad, primando los respaldados por nuevo crédito para garantizar que la financiación llegue a empresas y ciudadanos. En las cuatro subastas que se realizaron entre el 20 de noviembre de 2008 y el 30 de enero de 2009 los bancos y cajas de ahorros españoles obtuvieron un total de 17.095 millones de euros sólo para, insistimos, que el crédito volviese a fluir.
La Banca continúa restringiendo el crédito a las familias y, cuando lo da, lo hace con unos diferenciales excesivamente altos y con condiciones abusivas: intereses demasiado altos, comisiones subterráneas, vinculación a otros productos,… como ya ha demostrado en repetidas ocasiones La Economía de los Consumidores. ¿Y qué hace el Banco de España? Calla, otorga y justifica.