El Defensor del Pueblo, Enrique Múgica, que suele analizar con rigor y defender con todas las armas que tiene a su alcance los derechos de los consumidores, ha criticado duramente la labor del Banco de España como supervisor de las entidades financieras, a las que tacha de “insolidarias” y de ser uno de los principales factores desencadenantes de la actual crisis financiera que asola España.
En su informe correspondiente al año 2009, publicado el 24 de junio, Múgica quiere dejar constancia “una vez más” de que de las quejas que ha recibido se desprende “la inoperancia para los ciudadanos de acudir al Servicio de Reclamaciones del Banco de España, ya que confiados en la existencia de un procedimiento administrativo que, cuando menos les puede llevar a obtener un dictamen sobre la actuación de la entidad denunciada, únicamente les sisrve para retrasar el acceso a un procedimiento judicial en las mismas condiciones que al inicio de su denuncia ante el Defensor del Cliente de su entidad”.
Múgica ha recibido muchas quejas relacionadas con la actividad crediticia y asegura que, en el marco global de la crisis, la actitud de las entidades financieras ha sido calificada por la ciudadanía como “insolidaria” en el mejor de los casos, puesto que estas entidades estaban realizando un gran negocio debido a que han sido objeto de ayudas gubernamentales, mientras que las familias se están viendo imposibilitadas para afrontar su mantenimiento, quedándose muchas de ellas en situación de desamparo.
Crítica al Banco de España por los ‘swaps’
El Defensor del Pueblo también hace hincapié en el uso de las entidades de productos financieros que posibilitaban la permuta de los tipos de interés aplicados a los préstamos hipotecarios. “Estos productos, técnicamente complejos, con múltiples denominaciones, considerados como productos de alto riesgo por la CNMV, se ofertaban como un producto que aseguraba el tipo de interés. La percepción de los ciudadanos era que el producto consistía en un tope para la subida del Euribor, pero en realidad consiste un seguro que paga el hipotecado, facilitando que la entidad mantuviera los tipos de interés aun en el supuesto de que el Euribor bajara. Era, por tanto, un seguro pensado para cubrir los riesgos de las entidades, que mantenía los tipos de interés para la entidad y no para el propio cliente”.
De esta manera los clientes se encontraron, cuando el Euribor comenzó a bajar, con que su cuota hipotecaria era muy inferior a la que venían pagando pero junto a esta existía una cláusula adicional -los denominados ‘swaps’- que se sumaba de forma irrevocable a la cuota hipotecaria. Múgica recuerda que el Banco de España consideró en un principio que estos productos debían ser objeto de una mejor información para los usuarios, pero posteriormente cambió de criterio y estimó que no existe un deber específico de información sobre el riesgo que los clientes asumían en la contratación de estos productos.
Las entidades de crédito, protagonistas de la crisis
En líneas generales Múgica considera que es preciso arbitrar los mecanismos que propicien la resolución de problemas derivados de situaciones de insolvencia personal o familiar mediante un plan pactado con los acreedores bajo el arbitrio y control de la Administración o del Juzgado, de modo que ateniendo a sus obligaciones “también se les permitiera cubrir sus necesidades vitales mínimas y las de sus familias sin necesidad de verse inmersas en un procedimiento de subasta que afecta tanto a su patrimonio como a su salud y dignidad”.
Asimismo, considera el Defensor del Pueblo que uno de los protagonistas de esta crisis están siendo las entidades crediticias, pues el ingente número de denuncias por la utilización de un clausulado endurecido en los contratos que documentaban préstamos de cualquier tipo, las cláusulas suelo o los seguros de permuta financiera así lo demuestran. Además, denuncia que “han reaparecido las comisiones por operaciones que dejaron de aplicarse en buena medida durante los años de bonanza económica”.
Por todo ello Múgica considera que es preciso que el Banco de España redoble «la exigencia hacia las entidades financieras». Es loable la intención del Defensor del Pueblo, figura que suele velar acertadamente por la defensa de los intereses de los consumidores pero, lamentablemente, al no ser una autoridad legislativa… nos tememos que el Banco de España le hará el mismo caso que el que le hacen a él las entidades financieras que tutela.