Entre 2007 y 2008 en la Unión Europea el 9% de los consumidores cambió de entidad de crédito, mientras que el 25% de consumidores cambió los seguros de sus automóviles y el 22% cambió de proveedor de Internet. ¿Por qué no cambiar de entidad bancaria para presionar y ejercer más nuestros derechos?
A la mínima, cambiemos de banco
Para la economía, el derecho a escoger es fundamental para la creación de un mercado genuinamente competitivo que estimule la innovación y recompense a aquellas empresas que entregan productos y servicios al cliente de calidad y respetando los derechos de los consumidores, castigando a aquellas que no lo hacen. Los consumidores no deberían verse obligados a tolerar cobros excesivos, servicios de mala calidad o conductas irresponsables. Pero este derecho de los consumidores es socavado en el sector de los servicios financieros. Aún cuando estén hartos de su banco muchos consumidores sienten que cambiar de proveedor es demasiado difícil, o que no vale la pena. El resultado es que los bancos y demás proveedores de servicios financieros suelen tener pocos incentivos para mejorar sus servicios o para rebajar sus costos.
¿Qué impide que los consumidores elijan?
– El tiempo requerido para cambiar de proveedor y la complejidad del proceso.
– El costo directo que existe en cerrar o transferir las cuentas.
– El riesgo que se percibe con respecto a que puedan perderse los pagos o aparecer costos adicionales.
– Las promociones vinculantes que exigen que el consumidor se comprometa con un producto o servicio durante un periodo de tiempo o los paquetes de ofertas, que exigen que el consumidor compre otros productos además del que deseaba comprar en realidad. Este es el caso de España.
– La falta de información clara que explique las diferencias entre los distintos proveedores.
La actual reforma del sistema financiaro en España va a crear un oligopolio bancarios más descarado de lo que existía. Así es imposible que la verdadera “competencia” se ponga en marcha. Por eso debemos ser los consumidores quienes impulsemos y exijamos mejor trato. No lo dude, a la mínima ¡cambie de banco!