Un broker online es una herramienta que permite al inversor operar en los principales mercados bursátiles de manera rápida y eficaz. Entre las ventajas más reseñables destaca, a priori, la posibilidad de acceder fácilmente a la información relativa a los valores, un hecho muy interesante si el cliente tiene una cartera formada por varios títulos. Con un solo golpe de vista podrá conocer la valoración de las acciones de una empresa en tiempo real y, también, el estado de su cartera de inversión.
Invertir en Bolsa y fondos de inversión supone introducirse en un mercado de riesgo no apto para no iniciados, sobre todo si la decisión de la inversión es tan rápida como hacer un ‘clic’ de ratón. Es necesario conocerlo antes de invertir en él, porque de la misma manera que se consiguen ganancias se sufren pérdidas importantes si la inversión no es la adecuada.
En estas webs no se suele informar sobre el derecho de desestimiento en servicios a distancia porque no existe. Una vez realizada la orden de compra o venta de valores esta es efectiva, aunque en algunos casos se admite en un breve plazo la anulación o modificación de una orden, pagando una comisión importante.
Existen varias formas de invertir en Bolsa: abrir una cuenta de valores en la oficina física de una entidad financiera o hacerlo mediante un broker online, es decir, una compañía que ofrece sus servicios para la compra-venta de valores a través de Internet. La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) tiene 125 empresas de servicios de inversión registradas -sociedades de valores, agencias de valores, sociedades gestoras de cartera, empresas de asesoramiento financiero-, de las cuales 44 operan en Bolsa. No es fácil elegir entre un grupo conformado por los gigantes financieros españoles, agencias de valores y entidades financieras de menor calado, como puedan ser el Banco de la Pequeña y Mediana Empresa, Ibercaja o Caja Insular de Ahorros de Canarias.
Por supuesto los usuarios pueden realizar órdenes de compraventa de valores en una agencia de valores, oficinas de bancos, cajas de ahorro, etcétera, y en sus respectivas páginas web, pero en la mayoría de los casos estas operaciones son remitidas posteriormente a las 44 entidades que operan directamente en Bolsa. Por eso, en el caso de los brokers online, es importante saber si la operación va a ser emitida directamente al mercado y sin demoras, o si por el contrario esta operación se producirá más tarde debido a las comunicaciones entre los intermediarios. Este aspecto tiene especial interés según el tipo de orden que realizamos.
Tipos de órdenes de compra y venta de acciones en la Bolsa y explicación de cada una de ellas
Limitadas
Se fija el precio máximo al que se está dispuesto a comprar acciones, o bien el precio mínimo para venderlas.
On Stop
El ejecutar la orden depende de las órdenes de compra o de venta de otros inversores, es decir “comprar si sube de” o “vender si baja de”.
Por lo mejor
La orden no tiene límites, se compra al precio más bajo disponible o se vende al más alto que sea “posible” conseguir.
De ejecución mínima
Dado que en la Bolsa se compran y se venden las acciones por “lotes” a un mismo precio, este tipo de orden exige que al menos una cantidad mínima del importe de la orden se haga a un mismo precio, y el resto se negocia lote por lote.
A la apertura
Se da la orden de compra o de venta al precio de apertura del día.
Los brokers que batallan principalmente en Internet tienen un menor coste frente a los intermediarios tradicionales y sus comisiones también suelen ser más bajas. A priori son rápidos, cómodos, reducen costes y el cliente puede acceder fácilmente a la información requerida. Pero, por el contrario, presentan grandes deficiencias de accesibilidad y un usuario no avanzado puede tener muchos problemas para usar sus herramientas. Además hay que tener sumo cuidado para no efectuar más operaciones de las realmente deseadas dado que la publicidad que aparece en las webs de los brokers online y el ‘efecto llamada’ que producen es muy tentador. Muchos de estos brokers online remiten e-mails periódicamente a los inversores avisándoles sobre “oportunidades de inversión”. Estos correos electrónicos sólo son publicidad que aparenta ser asesoramiento. El inversor debe tener clara esta diferencia.
Reclamaciones ante la CNMV
Durante el ejercicio 2008 destacaron las reclamaciones relacionadas con actuaciones supuestamente incorrectas en materia de información de carácter básico para los clientes que operan a través de Internet: Hubo 26 denuncias relativas a identificación incorrecta de las comisiones, falta de actualización de las herramientas ofrecidas para efectuar las operaciones, falsedad de las comisiones ofertadas, errores en la titularidad de las participaciones, comisiones desmesuradas, déficit en la información sobre el estado de las tramitaciones de órdenes –efectuar una operación horas después del momento requerido por el cliente puede ocasionarle a éste pérdidas cuantiosas puesto que, incluso, puede darse el caso de anulación de estas órdenes y ejecución de otras posteriores-, etcétera.
EL cliente continúa desprotegido
Según la interpretación del servicio de atención al cliente de la CNMV, “la normativa vigente en materia de órdenes de valores no reconoce la validez del correo electrónico como medio de transmisión de órdenes ya que no se requiere la utilización de claves o medios de identificación como mecanismo de seguridad”, a pesar de lo cual hubo entidades que permitieron dicha vía. Los reclamantes salieron victoriosos de las 26 denuncias planteadas ante la CNMV en 2008. De esta manera Open Bank Santander Consumer hizo frente a nueve reclamaciones; Bankinter a ocho; Banco Intertis a tres; Citibank a dos; y Caja de Ahorros y pensiones de Barcelona, Banesto, Renta 4 y Caixa Rural La Vall “San Isidro” a una.
Aunque en 2008 no fue así, tradicionalmente muchas de estas incidencias desembocan en reclamaciones en las que no siempre se puede concluir si ha existido una actuación incorrecta por parte del broker online, ya que en algunos casos las pruebas presentadas no son suficientes. Además es necesario denunciar que tan solo en un 65’9% de las reclamaciones resueltas a favor del cliente la entidad financiera denunciada rectifica su actuación. Un hecho que pone de manifiesto que el cliente continúa estando desprotegido en este sentido.
¿Qué pasa si hay fallos en el sistema?
Cuando se ofrece un servicio de intermediación telemática, las entidades deben garantizar su capacidad de prestar el servicio de forma efectiva, así como la certeza de que los datos e información suministrados sobre los productos y servicios contratados cuentan con los debidos requisitos de veracidad y actualidad, con independencia de que puedan ser elaborados por un tercero. Además, según la CNMV, “cuando se produzcan fallos en los sistemas que impidan prestar el servicio con normalidad, debe informarse al cliente con rapidez y ofrecerle sistemas alternativos eficaces que no impliquen mayores costes”. Muchas entidades que operan en la red ni siquiera avisan a sus clientes de estas incidencias.
Además también es preciso señalar que no todas las entidades cumplen con la directiva europea MiFID, que obliga a las compañías a clasificar a los clientes en función de su conocimiento y experiencia, de su situación financiera y objetivos de inversión. Para ello es preciso realizar un test de conocimientos financieros que no todas ofrecen a través de su página web. De hecho, en la comparativa realizada, sólo dos cumplían con este acuerdo. En cualquier caso los brokers online suelen requerir una contratación inicial en persona con la entidad (en ocasiones por correo ordinario) en la que se tendrá que validar los tests exigidos por la normativa.
Menos comisiones en el broker online que en el tradicional
Lo que marca la diferencia entre un broker online y uno tradicional es el asesoramiento. Ambos lo ofrecen, pero el perfil del inversor a través de la red suele ser el de alguien con mayor cultura financiera, por lo que los brokers online lo simplifican bastante. Encontrar el mejor broker no es tarea sencilla. Existen, no obstante, una serie de elementos a tener en cuenta, como los costes por cada operación. Las comisiones más habituales son de administración y custodia de valores, de intermediación, por corretaje, canon por liquidación, canon de Bolsa, cobro de dividendos y cupones, suscripciones, splits, traspaso de valores a otras entidades, apuntes, gestión,… en total hasta 130, según los folletos de tarifas de la CNMV. El porcentaje de comisiones puede variar entre el 0’07% y el 1% por cada operación realizada. Nada que ver, por supuesto, con el 8% que llegan a cobrar algunas entidades tradicionales en operaciones como la administración de valores.
Es preciso desconfiar de las promesas de alta rentabilidad en un corto espacio de tiempo, que estén muy por encima de la media del mercado o que basen su rendimiento en tratamientos fiscales favorables. Antes de efectuar una inversión hay que conocer con exactitud las características y riesgos de los productos financieros en los que se va a invertir y contratar exclusivamente los que se ajusten a nuestras necesidades.
Es imperiosamente necesario pedir toda la documentación acreditativa sobre la posesión de los valores y las cantidades depositadas, así como los justificantes de las operaciones que se realicen. Y, por último, evitar firmar contratos de gestión de carteras que den libertad de movimientos a la empresa que proporciona el servicio porque en el campo de los brokers online, como en la vida, no es oro todo lo que reluce.