No son buenos tiempos para la lírica ni, tampoco, para contratar una hipoteca. El equipo de redacción de La Economía de los Consumidores ha recopilado en los últimos días información sobre las nuevas hipotecas que están ofreciendo las entidades financieras tras los nuevos requisitos de capital por parte del Banco de España y el baile de fusiones de las cajas de ahorros, para el que todavía sigue sonando la melodía.

Nuestros redactores han podido comprobar que, vergonzosamente, muchas entidades financieras siguen introduciendo las cláusulas suelo en sus contratos hipotecarios. De hecho más del 50% de las entidades consultadas continúan poniendo suelos superiores al 3’5%, a pesar de la macrodemanda presentada por ADICAE.

 La ‘negociación’ con las entidades 

En el ‘cuerpo a cuerpo’ con los empleados de estas entidades –la gran mayoría cajas de ahorros-, algunos de ellos llegan incluso a reconocer que las cláusulas suelo son “un problema” y que “seguramente acabarán siendo ilegalizadas”. Sin embargo los dirigentes de la Banca prefieren seguir llenándose los bolsillos a costa de los consumidores.

Es el caso, por ejemplo, de Multicaja –una caja rural-, que sin ningún tapujo indica que su cláusula suelo es del 3’50%. “Nosotros fuimos de los últimos en subirnos a este carro, en enero de 2010, y seguramente vamos a pillarnos los dedos”, indica el director de una céntrica sucursal de una de las ciudades más importantes de España. Banco Popular, por su parte, impone un tipo mínimo del 3’75%. Topes, todos ellos, vergonzosamente abusivos en un contexto de tipos de interés del 1’7% al que actualmente está fluctuando el Euribor.

 Cuidado con otros productos vinculados 

Caso aparte es el de Banesto, que no solo incluye un tipo fijo del 3’95% durante el primer año de vida del préstamo, sino que además ‘cuela’ un CAP hipotecario. Vendido en sus sucursales como “un seguro hipotecario que hará que, si el Euribor sube por encima del 3’20% -tipo de interés aplicable a partir del segundo año del préstamo-, sigas pagando ese 3’20”, el CAP es en realidad un swap que, además, tiene un coste de cancelación que oscila entre el 1,25% y el 1,50% del capital pendiente de amortizar que se quiera proteger. Un producto que, como las cláusulas suelo, está denunciado por ADICAE.

Son, únicamente, algunos ejemplos de que las entidades bancarias siguen queriéndose lucrar a costa de los consumidores, y de que no eliminarán las cláusulas suelo hasta que la Justicia o un cambio en la legislación vigente les obliguen a ello. ADICAE seguirá peleando para que estas dos vías lleguen a buen puerto, y también para que las entidades devuelvan las cantidades indebidamente cobradas. Pero los afectados que quieran recuperar su dinero deberán, anteriormente, haber denunciado a su entidad financiera.

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