Ante la posibilidad de que el nuevo Gobierno del PP no apoye la creación de un banco malo en el que la banca coloque los pisos y terrenos embargados, y les obligue a aflorar las pérdidas, las entidades financieras están pisando el acelerador de la venta de su stock inmobiliario, del que ya comenzaron a desprenderse hace más de dos años pero que, ante la gran cantidad de ladrillo en sus balances, todavía lastra profundamente sus cuentas de resultados. Banco Sabadell ha sido la última entidad en marcarse una meta en este sentido: quiere vender en dos meses 1.300 pisos de su propiedad procedentes de embargos.

Esa situación es ya una tónica habitual en el mercado bancario, que cada vez se asemeja más al inmobiliario. Según ha reconocido recientemente Bankinter, “las entidades financieras que tienen un peso significativo de crédito de promotores en sus balances tienden a ofrecer condiciones de financiación ventajosas únicamente para la adquisición de viviendas que figuren en su cartera de activos adjudicados, lo que supone una dificultad añadida para la financiación del resto de viviendas”.

Antes que asumir las pérdidas y ajustar sus balances, la Banca se ha llevado por delante a más de 400.000 familias que durante los últimos años han perdido su vivienda a causa de la codicia de la Banca. Familias, muchas de ellas, que tuvieron que soportar durante años cláusulas abusivas en sus hipotecas -como las denunciadas cláusulas suelo- o productos tóxicos vinculados a sus préstamos hipotecarios -los también denunciados ‘swaps’-.

Aunque no es el único, pero sí el primero en hacerlo públicamente, Banco Sabadell, según se ha conocido recientemente, está vendiendo los pisos con un 27% de descuento sobre el valor con el que los tiene contabilizado en su balance. El banco catalán tiene 3.971 millones en activos inmobiliarios (pisos y terrenos, fundamentalmente) que proceden de la ejecución de embargos y del canje de deuda a los promotores. Según sus propios datos, la entidad tiene provisiones que cubren el 29% del valor de esos activos. No obstante, tal y como demostró ADICAE, la mayor parte de las entidades financieras venden sus pisos hasta un 40% más caros que los particulares.

Por otra parte, frente a la sequía que padece la actividad crediticia de inversión, la estrategia de la Banca en relación al negocio inmobiliario es justamente la contraria. Eso sí, priorizando los préstamos que sirvan para que pueda desprenderse de los inmuebles ejecutados.

De hecho, Banco Sabadell ha detectado que existe una demanda de viviendas, que ha cuantificado en 2.700 operaciones de ‘preventa’ en los primeros nueve meses del año. Si esas compraventas se materializaran, el banco ingresaría unos 480 millones de euros, antes de provisiones, lo que triplicaría los 118 millones de euros que ha obtenido hasta el momento.

Según las instrucciones que ha transmitido a sus oficinas, todos los directores del Banco Sabadell tienen orden de cerrar la venta de, como mínimo, una vivienda. En caso de no hacerlo, tendrían una penalización en su retribución variable.

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