No sólo no desaparecen, sino que siguen estando en las nuevas ofertas, y con el agravante de que vienen acompañadas de un consentimiento firmado por escrito por parte del hipotecado que valida haber sido informado de la aplicación de esta cláusula. Un «coto abonado al abuso», en palabras del responsable de Comunicación de ADICAE, Fernando Herrero. Concedida la hipoteca, el banco aprovecha que el consumidor está más receptivo a firmar todos los documentos relacionados con ella para colar este consentimiento por escrito.

Un abuso más, en un mercado, el hipotecario, que continúa con las viejas prácticas que han derivado en la gravísima situación que padecen millones de hipotecados. «El sector financiero quiere volver a lo de antes, al crédito insostenible, al abuso, la burbuja y el consumismo irresponsable», asegura Fernando Herrero, que recuerda que, para empezar, las hipotecas que se están concediendo ahora son más caras.

El tipo medio de interés al que se están concediendo estos préstamos durante los últimos meses ronda el 4%, lo que significa que es «ocho veces más caro» que el 0,5% en el que se está moviendo actualmente el Euribor. Ya es una «condición leonina» que se acumula a otros muchos abusos que confirman que, lejos de corregirse, el mercado hipotecario camina por la misma senda que tan funestas consecuencias ha tenido para los usuarios.

La «aparente guerra de ofertas» de los bancos, que publicitan intereses hipotecarios de Euribor más dos, «en realidad es la excusa para colar estos productos vinculados en condiciones abusivas»

En las actuales hipotecas se financia un menor porcentaje del valor de la vivienda, lo cual «no es necesariamente malo». Pero, a cambio, se imponen unos costes más elevados y, sobre todo, se exige la contratación de productos vinculados, seguros, planes de pensiones «que son innecesarios y que encarecen el préstamo notablemente». En declaraciones a Euskal Telebista, Fernando Herrero recuerda que la «aparente guerra de ofertas» de los bancos, que publicitan intereses hipotecarios de Euribor más dos, «en realidad es la excusa para colar estos productos vinculados en condiciones abusivas».

La crisis ha forjado un consumidor más precavido y cauto, que se lo piensa más a la hora de comprometerse con las entidades financieras. «No puede haber confianza ciega en los bancos», recuerda Fernando Herrero, porque sus prácticas, en materia hipotecaria y crediticia, y también en materia de ahorro, están lejos de haberse corregido tras la crisis de 2008. Frente a sus abusos, «si los consumidores actuamos como colectivo, podemos denunciar las malas prácticas de las empresas e influir en lo que hagan».

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