Desde el verano de 2008, punto de partida de la crisis económica, hasta el mes de julio de este 2014, última medición llevada a cabo por el Instituto Nacional de Estadística (INE), el gasto de los consumidores en establecimientos comerciales de todo tipo, desde tiendas de proximidad a hipermercados, ha caído un 15%. La merma de ingresos de las familias y la cada vez menor capacidad de ahorro de los consumidores, lastrados por abusos bancarios sin coto y malas prácticas de eléctricas, telefónicas, petroleras y demás, está detrás de un fenómeno lógico.

Lógico y que, además, demuestra que los consumidores son el único colectivo que aplica el sentido común en situaciones de crisis, ajustando ingresos y gastos al límite para llegar a fin de mes. Un análisis pormenorizado de los datos de este índice del INE perfila aún más este cambio en los hábitos de consumo de los españoles, que cada vez se ven obligados a destinar más porcentaje de su presupuesto familiar a aquellos gastos relacionados con la vivienda, instalados en el abuso.

El gasto en alimentación es el que menos reducción ha registrado en los seis años analizados. A nivel global, de 2008 a 2014 se registra un descenso de un 2,75% en este subsector, pero hay que contar que julio de 2012 marcó un mínimo. En 2013 repuntó este índice y en julio de 2014 se mantiene prácticamente igual. Hay que decir que este índice no cuenta el gasto en establecimientos hosteleros, lo que probablemente indique que un aumento en el gasto en comercio alimentario implica reducción proporcional en gasto en hostelería.

 Menos gasto en ropa y mobiliario 

El recorte fundamental en los hábitos de gasto comercial de los consumidores aparece en el apartado «equipo personal» y «equipamiento del hogar». Básicamente, hablamos de ropa y calzado, mobiliario, menaje y electrodomésticos, uno de los elementos fundamentales de la cultura del consumo previa a la crisis. En vestido, los españoles gastamos en 2014 un 16% menos que en 2008. Y en mobiliario, la reducción es muy notable; los índices del INE señalan un descenso de gasto de cerca del 35%, un tercio menos.

 Con una tasa de ahorro en mínimos desde el año 2000, cualquier incremento de gasto en bienes de primera necesidad es síntoma de problemas serios para los consumidores 

Hay un índice más que es más confuso, y en el que deberían estár incluidos algunos subsectores que son muy interesantes para analizar la tendencia de gasto de los consumidores españoles durante la crisis. El apartado «otros bienes» es, según el INE, el que mide el gasto en joyería, arte, antigüedades y segunda mano… Pero quedan sueltos tres subsectores clave, educación, salud y ocio y cultura, que da la sensación de que están incluidos también en «otros bienes».

Este índice «otros bienes» registró una caída del 17% entre 2008 y 2012, para después mantenerse prácticamente estable durante estos dos últimos años. Lo cual implica que, o bien el gasto en ocio, cultura, joyería y antigüedades no varía, o más bien se trata de que los consumidores estamos siendo obligados a gastar más en sanidad y en educación por culpa de los recortes, un añadido más que amenaza nuestros bolsillos. Con una tasa de ahorro en mínimos desde el año 2000, cualquier incremento de gasto en bienes de primera necesidad es síntoma de problemas serios.

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