Lamentablemente los responsables de la industria del ladrillo, grandes culpables de la mala situación económica por la que atraviesa España en líneas generales con sus hipertasaciones, recalificaciones y construcciones por doquier, parecen ser los únicos que no pagan la crisis. Así se desprende de los datos publicados por el Banco de España: el 58’7% de los créditos morosos que acumulaban las entidades de crédito a finales de 2011 corresponden a constructoras y promotoras inmobiliarias: 79.759 millones de euros.

Los créditos a promotores inmobiliarios y que acumulan al menos tres meses de impagos ya suponen el 20% de la financiación total concedida al sector (62.366 de 298.267 millones), un 41’3% más que en diciembre de 2010. Por su parte los constructores deben 17.393 millones de euros, el 17’6% de los préstamos recibidos (98.505 millones), es decir, un 25’2% más que al cierre de 2010.

Por otra parte, la tasa de impago de los créditos para la adquisición de vivienda con garantía hipotecaria alcanzó en 2011 el 2,7%, cuatro décimas por encima del nivel de diciembre de 2010, cuando fue del 2,3%. Esta tasa refleja que el endeudamiento de las familias se ha contenido: los hipotecados están ‘apretándose el cinturón’ hasta la extenuación tratando de cumplir con todos los pagos de su hipoteca para no perder su vivienda y, además, quedarse con una deuda prácticamente vitalicia. El saldo de créditos hipotecarios dudosos alcanzó a cierre del pasado ejercicio 16.775 millones de euros, mientras que el saldo total de préstamos para la compra de vivienda con garantía hipotecaria cerró en 612.829 millones.

 Es necesario que las familias tengan las mismas condiciones que las inmobiliarias para saldar sus deudas 

Los datos de impagos de la industria del ladrillo explican que la morosidad bancaria afecte ya al 7’91% de los préstamos concedidos, el nivel más alto desde 1994. Lógicamente, no se puede meter en el mismo saco a los consumidores –que hacen auténticos malabares para pagar sus créditos y llegar a fin de mes- que a la industria del ladrillo que, además de ser la morosa número 1, tiene a su alcance herramientas como el concurso de acreedores o la dación en pago –que conceden muchos bancos a las promotoras- para ‘escapar’ a sus deudas algo que, lamentablemente, siguen sin tener los consumidores.

Estos datos reflejan claramente que políticos y banqueros se han venido escudando hasta ahora en excusas cuando han asegurado que aprobar medidas como una moratoria hipotecaria de tres años o la dación en pago ‘a la española’, impulsadas por ADICAE, repercutirían negativamente en la economía. Las empresas tienen acceso a herramientas como la Ley Concursal o la dación en pago –que la Banca suele conceder a las promotoras- para ‘escapar’ del pago de sus deudas. Es evidente que no sería más gravoso para la economía que se pudiesen acoger a esas medidas, o similares, el 2’7% de familias que no pueden pagar su hipoteca que el hecho de que ya lo hagan el 26’7% de las empresas del ‘ladrillo’.

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