Tanto en el caso de las cuotas participativas como en el de las participaciones preferentes, los máximos responsables de la CAM decidieron buscar la “salvación” para su catastrófica gestión en los bolsillos de los consumidores, menos informados y con menores conocimientos sobre el alcance de los riesgos de estos productos y de la situación contable de la caja. El Banco de España y la CNMV prefirieron mirar a otro lado y toleraron que se colocaran masivamente cuotas participativas y participaciones preferentes a los clientes minoristas a través de la red comercial de CAM. ¿Hubo control de la forma en que se estaban vendiendo?

[ladillo] Participaciones preferentes: cómo comprometer al pequeño ahorrador [/ladillo]

La CAM tiene nada menos que 1.398 millones de euros en participaciones preferentes, emitidas en 2001, 2002 y 2009. Solo 88,5 millones fueron vendidos entre institucionales, el resto fue a parar a menos de pequeños ahorradores.

En total, estos casi 1.400 millones de euros en participaciones preferentes representan una cuarta parte de los recursos propios de la caja a final del tercer trimestre de 2010, los últimos datos públicos. Esto supone una prueba de que han querido buscar la “salvación” en los bolsillos de los consumidores y aprovechar para ello su red comercial, ya que en el momento de la emisión se intuía ya la situación patrimonial en que se encontraba CAM. Por su parte, el Banco de España y la CNMV toleraron esa emisión y su venta pese al riesgo, no ya sólo del producto en sí sino de la situación financiera y contable de CAM.

Para hacer frente a la remuneración del primer cupón de pago de los 850 millones que vendió en 2009, la CAM tendría que desembolsar unos 15,6 millones el próximo 29 de septiembre, pues el tipo de interés vigente asciende al 7,35% como indica el Resumen del Folleto Informativo.

  Los ahorradores pueden quedar sin remuneración 

No obstante, estas participaciones no pagarán remuneración en caso de que el emisor haya registrado pérdidas en el ejercicio anterior (carezca de beneficio distribuíble) o de existencia de recursos propios insuficientes. Así, aunque la CAM cierre 2011 con beneficios, cosa harto dudosa, el Banco de España puede decirque la entidad no cumple con el ratio de solvencia mínimo exigido, un supuesto recogido en la ley aprobada a comienzos de año que exige un ratio de capital principal del 10% para las cajas de ahorros. Esto implicaría que también se suprime la remuneración de estas participaciones y que los pequeños ahorradores no percibirán su pago.

Cierto es que el riesgo viene especificado en el resumen del folleto, pero también que, al final del mismo, hay una declaración que el consumidor debería haber firmado. ¿Habrá sido realmente así? Y, yendo aún más allá, al tratarse de “productos complejos”, el cliente debería haber hecho antes de adquirirlos un Test de Conveniencia según la Ley del Mercado de Valores. ¿En cuántos casos se ha realizado éste efectivamente?

  La CAM no ha velado por los intereses de sus clientes 

En julio de hace dos años, la CAM sacaba a Bolsa 50 millones de cuotas participativas (se vendieron a 5,8 euros por cuota), que al igual que las participaciones preferentes fueron colocados masivamente a pequeños ahorradores. Es decir, dada la situación financiera en que se encontraba, no veló por los intereses de sus clientes. ¿Por qué el Banco de España y la CNMV consintieron esta emisión el alto porcentaje de colocación entre minoristas?

El día antes de que el FROB (Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria, dependiente del Banco de España) interviniera la CAM, el Consejo de Administración propuso amortizar todas estas cuotas a 4,77 euros, lo que tendría un coste de 238 millones de euros.

No obstante, los administradores del FROB decidieron invalidar este acuerdo, lo que provocó un desplome en su cotización, que descendió hasta 1,31 euros (desde los 3,4 euros que valían el 26 de agosto). Es decir, el Banco de España toleró que estos valores se colocaran masivamente entre los pequeños consumidores, pese a conocer la exposición de la CAM al precio del ladrillo, con la esperanza de que estos pequeños ahorradores “saneasen”, a su riesgo, las cuentas y mejorasen el capital de la CAM, pero luego no están dispuestos a recomprar los valores y cumplir así su compromiso ante los pequeños inversores.

[Entresacado] El consumidor no debe asumir las consecuencias de la vergonzosa gestión de los altos directivos de la CAM como la falta de control del Banco de España y CNMV [/Entresacado]

Además, tal como sucediera en las participaciones preferentes, los consumidores deberían haber realizado previamente un Test de Conveniencia al tratarse de productos de riesgo. Test que habría que comprobar si efectivamente se llevó a cabo y en qué porcentaje de los casos.

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