En España el cambio continuó en las elecciones municipales y autonómicas de mayo, y todo el mundo considera que el cambio se ha consolidado y continuará en las Elecciones Generales de diciembre.

La verdad es que el consumo y los consumidores no han tenido demasiada importancia en esos procesos electorales salvo el aspecto que se ha denominado de “emergencia social” (los gravísimos problemas de los desahucios, de pobreza energética, pobreza infantil y, en general de exclusión social) todas ellas cuestiones de gran importancia, pero más de carácter humanitario. Y ello a pesar de que casi el 100% de la legislación sobre los derechos de los consumidores y usuarios es hoy competencia europea, y dentro de España teóricamente “competencia plena” de las Comunidades Autónomas.

Y decimos teóricamente porque, en la práctica los graves problemas de los servicios bancarios y financieros, los de los más importantes temas de consumo como las telecomunicaciones, la energía, los transportes e incluso la gran distribución, no solo se escapan del control de las Comunidades Autónomas, sino que incluso de las autoridades de consumo en todos los niveles.

Esta situación y la evolución hacia una economía global en todos los aspectos y hacia un control político supranacional muy extenso hace que los consumidores y usuarios debamos tomarnos muy en serio la política, y no solo la de consumo, en toda su amplitud, por la cuenta que nos trae como consumidores y ciudadanos.

Como prueba, ahí están sin resolver plena y satisfactoriamente los problemas de millones de hipotecados, que pagan su hipoteca apretándose el cinturón hasta el límite para no ser desahuciados, bajo una legislación leonina y abusiva (cláusulas suelo, por ejemplo) como ha señalado siempre ADICAE, que ha luchado hasta la extenuación sin conseguir los cambios que se necesitan; ahí están igualmente el medio millón de familias estafadas por Forum, Afinsa, Arte y Naturaleza, a los que los Parlamentos autonómicos e incluso el Congreso de los Diputados les han dado la razón por “unanimidad” y sin embargo después de 10 años todavía sin solución; o la última cacicada de la banca, los 2 euros de comisión en los cajeros, encabezada por La Caixa (entidad social “con alma”) que no resuelven ni el Banco de España (¡qué raro!) ni una tal “Comisión nacional de los Mercados y de la Competencia” (en su casa conocerán a esto señores y sus sueldazos) y por supuesto el Sr. De Guindos y su equipo de burócratas que no se han dignado siquiera en recibir a los consumidores en estos 4 años; y de la injusticia injusta, ineficaz y ya no lenta sino estatua de sal carísima, no hace falta hablar.

En fin, todo indicaría que la democracia española necesita un buen repaso para los consumidores, también en otros muchos aspectos, y no vamos a desaprovechar la ocasión que nos va a brindar esta última fase del ciclo electoral, sin duda el más decisivo, para hacer valer nuestra voz y nuestro peso.

Seguiremos luchando, pero además, con el mazo político dando y esperamos la colaboración de todos.

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