El presidente de ADICAE, Manuel Pardos, defiende la apertura de una causa judicial general sobre las cajas de ahorro en España, que sirva para depurar responsabilidades por la nefasta gestión de lo que fue la mitad del sistema financiero español. «Un patrimonio de todos, un bien social», en palabras de Manuel Pardos «que fue sin embargo usufructuado por unos pocos», redes locales clientelares de políticos, empresarios y directivos «que creían que las cajas eran suyas».
Manuel Pardos considera un «escándalo» los datos que el FROB desvela de sus investigaciones sobre las entidades gallega y catalana, pero insiste, «hablamos de la punta del iceberg», como sucede en el caso de las ‘tarjetas black’ de Bankia. «Se va viendo, a medida que conocemos más casos. En ADICAE conocemos las cajas de ahorro y las entidades financieras desde hace mucho tiempo, y sabemos cómo han ido funcionando, las rescatadas, y también las saneadas».
«Sueldos, privilegios, operaciones y créditos privilegiados… Los directivos se creían con derechos para ponerse las retribuciones que deseasen, consideraban suyas las cajas». Por eso es indispensable que todos los responsables de la mayor parte de las cajas de ahorro «carguen con la responsabilidad, y sean castigados conforme dicte la Justicia, por derrumbar la mitad del sistema financiero español, que además era de todos los españoles».
Sobre el papel de los consejeros, que decían «que no sabían nada», Manuel Pardos es claro: «todo aquel que se acercaba a una caja de ahorros, a poco que rascaba, sabía cómo se gestionaban»; cómo las cajas eran origen de operaciones «a amigos, a caciques próximos a los poderes políticos locales y a los altos empleados de las entidades» para operaciones privilegiadas.
En el caso de que se produzcan devoluciones de dinero desde estas entidades investigadas hacia el FROB, lo ideal sería que esos reembolsos fueran a parar a las fundaciones bancarias, «los restos de las antiguas cajas de ahorro, y las depositarias de la obra social, que todavía existe», recuerda Manuel Pardos. Eso sí, es imprescindible «vigilar estrechamente estas fundaciones», porque vuelven a estar dominadas por los mismos que llevaron a las cajas a la ruina. «Los estatutos de estas fundaciones vuelven a interpretarse de manera arbitraria, y corremos el riesgo de que se vuelvan a repetir los problemas generados en las antiguas cajas de ahorro».
