La última de las tácticas de las entidades financieras para captar ese ahorro se basa en un tipo de depósito que está proliferando, y del que se observan nuevas ofertas casi cada semana. Se trata de los depósitos ligados a acciones, un producto de ahorro que toma su referencia a partir de la evolución de una serie de indicadores bursátiles, de empresas de diverso tipo (eléctricas, telefónicas, entidades financieras, industriales) indicadores cuya evolución está lejos del conocimiento de ningún ahorrador y de los que dependerá si al final obtendremos alguna remuneración por nuestros ahorros o nos quedaremos igual que estamos… o perdemos.
Una burla de rentabilidad y a plazos largos en depósitos tradicionales
Para abocar a los consumidores a contratar estos falsos “depósitos”, las entidades bajan a remuneraciones ridículas los tradicionales y además a plazos muy largos. Bankinter ha rebajado en 0,10 puntos la rentabilidad del Depósito 12 meses. Así, dará una rentabilidad del 1,20% TAE si el titular domicilia la nómina en la entidad.
Pero en caso de no hacerlo, la remuneración es del 0,55% TAE. El producto puede contratarse con un capital mínimo de 10.000 euros. Finalmente, Bankia ha bajado también en 0,10 puntos la rentabilidad de dos de sus depósitos. El “Creciente” a 36 meses tiene ahora una TAE global del 0,25%. Y el Fácil Internet otorga una remuneración del 0,20% TAE para plazo de uno y tres meses, 0,35% TAE para seis y 12 meses, 0,40% TAE para 13 meses y 0,25% TAE para de 25 a 36 meses.
Rentabilidad sujeta a la “lotería” de las acciones
Este es el caso de CatalunyaCaixa y su Depósito Tecno, referenciado a las acciones de tres empresas industriales Tyssenkrupp, Schneider Electric e Ibm Corp, y con un plazo de 13 meses. La remuneración dependerá del valor final de los tres índices. Si fuera igual o superior al inicial, la TAE será del 1,37%. En caso contrario, no remunera. En caso parecido, Bankinter ha incluido en su cartera el Depósito Garantizado Digital 29, referenciado a las acciones de H&M y Axa. Tiene una imposición mínima de 1.000 euros y un plazo de 18 meses. La remuneración es del 1,33% TAE siempre que el valor final de las acciones sea superior al inicial. En caso contrario, la TAE será del 0,134%. Asimismo, Banco Sabadell ha añadido el Depósito Acciones Up 18 III, referenciado en este caso a las acciones de Telefónica e Iberdrola. La inversión
mínima es de 600 euros y el plazo, de 18 meses. La rentabilidad dependerá del valor al que culminen los índices. Si el de ambas fuera igual o superior al inicial, será del 1,30%. Si resulta inferior, alcanzará el 0,20% TAE.
Por su parte, Caja de Ingenieros ha empezado a comercializar el Depósito Estructurado Triplex, referenciado a los valores bursátiles de Deutsche Telekom, Repsol y Daimler. El periodo de la imposición es de 36 meses y el importe mínimo de apertura es de 1.000 euros.
Por su parte, Banco Pastor lanza el Depósito Ahorro Repsol & Vodafone. El plazo es a 24 meses y la imposición mínima es de 10.000 euros. Otorga una rentabilidad del 1,20% TAE si al final del periodo el índice de las acciones es igual o superior al inicial. Si no, rentará al 0,15% TAE.
Otras modalidades similares de ahorro, que también se denominan depósitos pero tampoco son depósitos tradicionales, son los depósitos estructurados (que combinan un depósito tracional con otra parte a renta variable, sujeta a la cotización de acciones o fondos de inversión) y los depósitos combinados (que directamente invierten una parte en un fondo de inversión).
Estrategia para traspasar el ahorro a otros productos
Movimientos que van parejos a la reducción de rentabilidades de sus depósitos tradicionales, en una estrategia claramente dirigida hacia la captación de ahorro con menores compromisos, garantías y seguridad. Y que tratará, finalmente, de convertir ese ahorro en depósitos en ahorro en seguros de ahorro u otros productos que también se referencian en acciones y que, bajo el paraguas de una falsa sensación de mayor rentabilidad, nos hacen pagar más en comisiones, caer en productos vinculados y asumir riesgos que no se tienen con los depósitos tradicionales.