La posibilidad de que nos toque es muy baja, pero… ¿y si ocurre? Es importante recordar que, en caso de tener un boleto premiado, el plazo para cobrarlo es de 3 meses a partir del día siguiente al sorteo. Además, tenga cuidado con el champán y la celebración, porque si el décimo acaba roto o deteriorado deberá ser llevado ante el organismo de Loterías y Apuestas del Estado para acreditar su validez.
Para solicitar el premio, se debe de llevar el billete ganador o el resguardo a los siguientes establecimientos: para premios por importe inferior a 1.000 euros se recogerán en los puntos de venta de la red comercial; si el importe del premio supera los 1.000 euros y es menor de 5.000 euros, pueden ser pagados en los puntos de venta o en las entidades financieras asociadas con un coste; si se cuenta con un importe superior a los 5.000 euros, serán pagados en las entidades financieras asociadas sin coste.
En cualquier caso, si toca el Gordo, pronto aparecerán comerciales de las entidades bancarias para “aconsejarle” meter su premio en su banco, donde al consumidor, ahora sí, le esperan con alfombra roja. Es necesario conservar la calma, considerar nuestras necesidades y no dejar el dinero en la primera entidad que nos tiente con sus cantos de sirena, puesto que sería una desgracia que el dinero del premio acabara atrapado en productos complejos y de riesgo, como las preferentes…
Pagar la hipoteca, un error
Si le toca… Amortizar la totalidad de la hipoteca sería un error. Puede suponer un alivio inmediato, pero no es rentable. Al cancelar la hipoteca, hay que afrontar una serie de comisiones que pueden salir muy caras.
Imaginemos que un consumidor cobra los 4.000.000 de euros del Gordo. Para cancelar su hipoteca tendría que asumir una comisión por desistimiento, por ejemplo del 0,25%. En cambio, si metiera 100.000 euros en un depósito al 3% TAE obtendría 3.000 euros. Si su cuota mensual es de 500 euros, podrá pagar 6 meses de hipoteca con la rentabilidad obtenida. Además la hipoteca supone un ahorro importante a la hora de realizar la declaración de la renta, ya que desgrava.
La mejor opción es meter el dinero en un depósito bancario, que ofrezca una rentabilidad atractiva que haga crecer el importe depositado sin ningún riesgo. Además, hay que recordar que el Fondo de Garantía de Depósitos cubre hasta 100.000 euros por titular y entidad.
No es ningún crimen deber dinero al banco, y menos si existen mejores opciones para sacar rendimiento. El consumidor debe pensar en la posibilidad de beneficiarse de las ventajas fiscales que concede tener una hipoteca y buscar la mayor rentabilidad. Si aún así, el consumidor desea quitarse cuanto antes la hipoteca, puede poner en práctica un sencillo truco: reducir la deuda a un mínimo de 200 ó 100 euros para que no se le aplique la cancelación de la hipoteca. De esta forma, habrá pagado la mayor parte de la hipoteca y solo deberá una pequeña cantidad y no le cobrarán la comisión por desistimiento.
Cuidado con los fraudes
En España hay personajes muy “afortunados” a los que todos los años les toca la lotería. Esto se debe a que compran boletos premiados por una cantidad superior a la del premio para blanquear dinero negro. Entrar en este juego fraudulento es un delito que puede salir muy caro. El consumidor pasaría a tener dinero negro, e incurriría en un delito que conllevaría graves sanciones, incluso de cárcel.
Internet es también campo abonado para los fraudes con la excusa de la Lotería de Navidad. Son comunes los correos electrónicos con una falsa notificación de que se ha resultado premiado y nos “invitarán” a entrar en una página web para dar nuestros datos y cobrar el premio. En cualquier caso, nunca se deben introducir datos personales y comprometidos, ya que serán usados para estafar al consumidor; además, recordar que los organismos como Loterías y Apuestas del Estado nunca utilizan servicios de correo gratuitos para notificar a los ganadores.
Que la suerte te acompañe
La Lotería de Navidad desata ilusiones, pero como consumidores responsables es necesario mantener la calma. Hay que tener en cuenta que, en el caso poco probable de que resultemos agraciados, es el consumidor el que tiene el premio y el control sobre él, y no la entidad bancaria en la que está depositado. Conviene tener en cuenta estos consejos y aprovechar estas fechas para darlos a conocer entre familiares y amigos para que la banca no haga de la ilusión un negocio.