La Banca sigue apetitosa de efectivo y nuevos clientes para mejorar su liquidez. Con los depósitos prácticamente desaparecidos del ‘escaparate’ bancario, las entidades centran sus ‘esfuerzos’ en captar el ahorro familiar mediante productos tóxicos como pagarés, cédulas hipotecarias, bonos convertibles en acciones,… o con los poco atractivos regalos para las cuentas nómina o los desgraciadamente cada vez menos habituales depósitos.

Las estrategias para conseguirlo son variadas: eliminación de algunas comisiones, tarjetas “gratis”, devolución de un porcentaje de los recibos domiciliados, mejores condiciones en productos de la entidad… Pero, para saber si nos interesan o no, también hay que tener en cuenta las contraprestaciones que se le exigen al consumidor: largos periodos de permanencia, compromiso de pago de un número determinado de recibos, gasto mínimo con la tarjeta de la entidad…

 Bancos y cajas se convierten en bazares 

Las ofertas de bancos y cajas les asemejan, cada vez más, a auténticos bazares que nos ofrecen desde todo tipo de artilugios tecnológicos de poco valor, tarjetas regalo, relojes, utensilios de cocina, pulsómetros e incluso mantas. Productos, todos ellos, que se pueden encontrar fácilmente en el mercado y a precios no demasiado elevados. Además, en algunos casos, la Banca hace pagar al consumidor incluso los gastos de envío –Banesto, 98 euros por un televisor-.

Lo primero que debe hacer el consumidor es evaluar si realmente necesita o le interesa el regalo que le ofrecen. Lo siguiente sería calcular si le compensa lo que tiene que aportar a la entidad para conseguirlo. Así, deberíamos plantearnos cuál es la rentabilidad que nos da, por ejemplo, una tarjeta regalo de 125 euros si para conseguirla tenemos que ingresar 1.000 euros durante 40 meses. Para saberlo, hay que tener en cuenta otras muchas cosas.

 Si dejas de cobrar, te harán pagar 

Uno de los principales aspectos a tener en cuenta a la hora de decidirse por una u otra entidad para ingresar nuestra nómina es el compromiso de permanencia, es decir, el tiempo en el que no podremos mover nuestra nómina a otro banco aunque encontremos una oferta mejor, ni acogernos a nuevas y mejores de nuestra entidad.

La mayoría de los bancos establecen un plazo mínimo para que el cliente pueda acogerse a las ventajas ofrecidas y, en caso de incumplimiento, fijan también la cuantía de penalización. El pequeño ahorrador puede encontrarse con una situación complicada si deja de recibir el sueldo mínimo requerido por el banco, ya que encima tendrá que “compensarle” por ello.

En caso de que pierda su empleo y pase a cobrar la prestación de desempleo, o de que vea su sueldo rebajado por cualquier motivo, el consumidor puede encontrarse con la dificultad añadida de tener que pagarle al banco justo cuando sus ingresos se ven reducidos. En este caso es sangrante el ejemplo de OpenBank –filial online de Banco Santander-, que para obtener un televisor de 26 pulgadas exige domiciliar una nómina o pensión igual o superior a 900 euros durante al menos 24 meses… y si el cliente incumple estas condiciones, deberá pagar 224 euros.

Las exigencias de permanencia oscilan, por lo general, entre los 24 y los 30 meses, llegando incluso a los tres años y medio, lo que constituyen periodos considerablemente largos. En cuanto a las penalizaciones, los hay que las fijan de antemano, mientras que otros establecen un tramo fijo y otro variable, que dependerá de varios factores.

 Cuidado con las condiciones 

Para evitar tener que pagar una penalización a su banco, el consumidor debe prestar mucha atención a las condiciones que éste le obligará a cumplir para que pueda beneficiarse de las ventajas de haber domiciliado su nómina. Así, los hay que no le darán ninguno de los beneficios que prometen si usted no lo pide expresamente al depositar su nómina, así como otros se lavarán las manos si no la domicilia en el mismo momento en que abre su cuenta corriente. Preste atención a estos detalles antes de decidirse por una u otra entidad para confiarle el dinero que tanto le cuesta conseguir cada mes.

Sumado a esto, son muchas las entidades que le exigirán el pago de varios recibos mensual o trimestralmente, contratar tarjetas bancarias u otros servicios. Algunos de los productos que las entidades nos ofrecen en condiciones ventajosas si domiciliamos nuestra nómina pueden traer aparejadas comisiones, por lo que no deben contratarse a la ligera.

Del mismo modo, desconfíe de las “comisiones cero”, ya que las comisiones de mantenimiento, tarjetas o transferencias -que suelen ser las incluidas en estas “ofertas”- no son las únicas que puede cobrarle su banco o caja, e incluso éstas suelen estar sujetas a condiciones. Y en otros casos, como ya demostró ADICAE con la campaña ‘Comisiones Cero’ del Banco Santander, las condiciones para acceder a estas ventajas son realmente elevadas. En otros casos la rentabilidad de los depósitos, fondos y otros productos que nos ofrecen en teóricamente ‘ventajosas condiciones’ es, además, bastante dudosa. Infórmese bien de ello antes de realizar su elección definitiva.

 Cuidado con los compromisos de gasto 

Pero aún hay más. Es posible que, para acceder a los “beneficios” que le otorgará domiciliar su nómina en la entidad, ésta le pida realizar un gasto mínimo con su tarjeta. Hay bancos y cajas que no se conforman con que el consumidor se comprometa a ingresar su nómina cada mes y en penalizarle si sus ingresos no alcanzan el mínimo establecido, sino que además le harán gastar una determinada cantidad de dinero al mes con la tarjeta de su entidad.

Tenga en cuenta que esto supone un gasto añadido, un esfuerzo extra con respecto a su salario y que supondrá un dinero que no podrá gastar en algo que no implique pago con la tarjeta y que tampoco podrá ahorrar por mucho que lo necesite.

 Renegocie con su entidad: reivindique sus derechos 

Finalmente, y aunque hay entidades que también tienen ofertas específicas para los ya clientes, la mayoría de las campañas y ofertas están destinadas solo a nuevas captaciones. En este sentido, si su entidad le está tratando como a un cliente de segunda fila y, lejos de premiar su fidelidad, le ofrece menos que a los recién llegados, le recomendamos que renegocie con ella, mostrándole lo que le ofrece la competencia por llevarse su nómina allí, y busque así mejores condiciones en su banco de toda la vida.

Si pueden ofrecer tarjetas gratis o eliminarles comisiones a los recién llegados, ¿por qué no reclamarlo también nosotros en pago a nuestra fidelidad? ¿O acaso nuestros ahorros valen menos?

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