Lamentablemente hace ya varios lustros que el fútbol dejó de ser un mero y noble deporte para convertirse en el más apetecible y ambicioso de los escaparates económicos. El espectáculo se repite cíclicamente, cada vez que hay un Mundial, una Eurocopa o, en menor medida, una Copa América o una final de la Liga de Campeones. Millones de ciudadanos de todo el planeta se visten con los colores de su selección, gritan con pasión los goles, se emocionan en las victorias y lloran las derrotas como si de un drama propio se tratase.

Todo ello ante la atenta mirada de políticos, entidades financieras, campañas de marketing y medios de comunicación, que sacan tajada de un deporte en el que cada vez prima más la proyección comercial de sus estrellas que su habilidad con el esférico en los pies.

Un claro ejemplo es el Mundial de Sudáfrica. A pesar de la crisis generalizada y de la inestabilidad financiera que sigue azotando a gran parte del planeta, los ingresos asegurados por contrato por la FIFA para el periodo 2007-2010, ligados obviamente al Campeonato del Mundo, se situaron en 3.454 millones de dólares. El órgano rector del fútbol mundial se rige por las Normas Internacionales de Contabilidad, tratando al Mundial como un acontecimiento plurianual y repartiendo sus ingresos y gastos en cada ejercicio financiero.

 Las cifras del Mundial 2010 

La FIFA reconoció unos ingresos de 882 millones de dólares en 2007, que se incrementaron a 957 en 2008 y a 1.059 en 2009. Para 2010 los ingresos mínimos esperados se sitúan en 556 millones de euros. En global alrededor de 1.022 millones de dólares se han generado, exclusivamente, por la celebración del Mundial de Sudáfrica. De ellos 650 responden a derechos de televisión. No es de extrañar, por lo tanto, que la propia FIFA haya pedido a Youtube y a Google que eliminen de manera automática todos los vídeos referentes al Mundial que los usuarios cuelguen en Internet. El fútbol y la televisión van de la mano, porque si no el imán para los anunciantes perdería mucha fuerza. Por otra parte cada emisora de radio tiene que pagar 120.000 euros para obtener la licencia que le permita retransmitir el torneo.

 El marketing toma el control del fútbol 

Más de 277 millones de la tarta de los ingresos corresponde a los derechos de marketing, donde los denominados ‘socios FIFA’ -las grandes marcas de refrescos, ropa deportiva, automóviles e instrumentos de ocio que a todos nos vienen a la mente- predominan sobre el resto. Messi, Xavi, Villa, Kaká, Cristiano Ronaldo, Ribéry, Rooney o Nakamura, entre otros, inundaron las pantallas de cientos de millones de hogares en todo el mundo semanas antes de que comenzase a rodar el balón. Y vendiéndonos de todo: ropa deportiva, coches, gomina, complejos turísticos, cerveza, desodorantes,… incluso productos financieros. Cristiano Ronaldo es la imagen del Banco Espirito Santo, y en España diversas entidades financieras sacaron productos de ahorro con la ‘Roja’ como reclamo. Ofertas, por otra parte, con una rentabilidad mediocre y repletas de cláusulas-trampa.

 Ganar mejora la economía de las empresas… y perjudica la de los consumidores 

Dejando de lado el manido debate sobre el ‘pan y circo’ -aprovechar los partidos de fútbol para enmascarar la toma de decisiones políticas polémicas y controvertidas-, hay una serie de cuestiones que los consumidores deben tener en cuenta, como es el desproporcionado gasto que genera la euforia de una victoria en el Campeonato del Mundo. Italia, ganadora en 2006, revitalizó su PIB en torno al 1’8% y Alemania, país anfitrión, gozó de un sólido auge de su economía. Lo que no consiguen los ‘gurús’ de la política quizá se materialice con el balón en los pies. Pero ese dinero siempre va a parar a manos de las grandes empresas y entidades financieras. Así que cuidado porque, si se deja llevar por la euforia consumista, después del Mundial su economía, y la de su familia, estarán mucho peor.

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