La banca será digital con todas las consecuencias propias de una revolución. Y ese paso no será de un día para otro si no que va a tener un período de adaptación, no solo por el cambio de los productos financieros, sino por el lenguaje y el acomodo de los consumidores ante las expectativas y dificultades que trae la innovación.

ADICAE defiende que el la banca está ante una revolución digital y critica que el sector prefiera moderar el término a “disrupción”, tal y como ha expuesto su presidente Manuel Pardos durante su intervención en el encuentro “Fintech OpenbankinG: desafíos y oportunidades” que ha organizado el diario Expansión junto a American Express.

Pardos también ha expresado que la digitalización de la banca ha sido “muy rudimentaria” y comentó que en la actualidad están usando a las FinTech como “franquicias o espacios de captación” como por ejemplo las compras que está haciendo La Caixa o el espacio de coworking que ha abierto Bankia.

“Los consumidores pueden tomar estas acciones como temas antiguos de la banca tradicional donde no hay confianza”, ha advertido.

ADICAE recomienda un cambio en la relación de la banca con sus clientes y las asociaciones de consumidores por estar muy distanciadas. Pardos ha indicado también que determinadas organizaciones son propensas a que sean los consumidores quienes paguen sus crisis, lo que retrasa el avance económico y financiero.

Asimismo, la Asociación propone que sean los bancos y grandes empresas los que eduquen financiera y digitalmente a los consumidores “por su propio interés”, porque son ellos los que están cambiando la metodología del sector.

“El consumidor tiene un problema de digitalización simple. Aunque se use el smartphone para operaciones simples en un porcentaje elevado, hay que tener cuidado con estas estadísticas, porque realmente el consumidor tiene miedo a lo que viene”, ha apuntado.

Sobre este tema, otro de los participantes en la mesa, Carlos Trías, Consejero del Comité Económico y Social Europeo, coincidió con el planteamiento sobre la vulnerabilidad del consumidor. “La falta de cultura financiera sumada a la falta de cultura digital nos encontramos con segmentos de la población que van a ser realmente vulnerables y para evitarlo hay que segmentarlos y mantener algunos usos presenciales”, ha comentado.

Sin tarjetas físicas en los próximos años

Aún no se sabe si aguantarán 5, 10 o hasta 15 años más, pero uno de los cambios más próximos es la desaparición de las tarjetas físicas, aunque de momento sigue siendo uno de los medios de pago más utilizados por los consumidores.

El cambio será simplemente de formato porque las grandes empresas de tarjetas seguirán manteniendo su negocio. Pero incluso como mencionó Pardos y aprovechando este lunes el inicio de la Cumbre del Clima que se celebra en Madrid, el cambio será sostenible por la reducción tan importante de plástico.

Retomar el sandbox español

Otro de los temas que se trató en la mesa fue el sandbox. El representante del Ministerio de Economía y Empresa, Alberto Martín del Campo, subdirector general de legislación de entidades de crédito, confío en que el tema se retome cuando se conforme el nuevo Gobierno.

“El sandbox es una herramienta muy buena para evaluar el mercado en un entorno más controlado y tiene una parte muy importante de protección al usuario”.

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