ADICAE acudió a la Junta de Accionistas del Banco Santander no sólo junto a pequeños accionistas que se han organizado en la asociación sino también con la delegación de representación de varios centenares de accionistas. Se ha recordado al Consejo del Santander la necesidad de implementar una solución global a fraudes y abusos como los de los «Valores Santander» o las «preferentes vascas» (aportaciones subordinadas perpetuas de Eroski y Fagor) comercializadas por la entidad, asuntos que están generando además una cascada de sentencias contrarias favorables a los afectados que ahondan en el descrédito del banco entre decenas de miles de consumidores.

La asociación ha pedido explicaciones sobre el recorte practicado con sus accionistas tras la rebaja del 66% en el dividendo y del 8% al 3% del beneficio por acción – después de que la remuneración de la presidenta se haya incrementado un 40% respecto al año anterior-, o también respecto por ejemplo, a la reelección de la compañía Deloitte como auditora, la misma que auditó las cuentas de Bankia en su salida a Bolsa.

A continuación, se transcribe la intervención completa de ADICAE:

Buenos días, acudo a esta Junta de Accionistas en nombre de ADICAE y de cientos de pequeños accionistas del Santander. Además, ADICAE participa activamente en esta Junta con la legitimación que le confiere su pertenencia al Comité Consultivo de la CNMV y a Euroshareholders (Better Finance) en representación de los pequeños accionistas españoles y de toda la UE, respectivamente.

La mayoría de estas delegaciones de voto corresponden a afectados por los conocidos “Valores Santander”, un producto altamente especulativo que fue colocado mediante una comercialización engañosa entre pequeños ahorradores sin los conocimientos necesarios y con un perfil de riesgo conservador.

Aunque ya sea conocido por todos, conviene recordar que el banco Santander no informó adecuadamente de las condiciones y riesgos del producto, ni entregó toda la documentación necesaria a los clientes, además de autorizar las órdenes de compra de los “Valores” antes de contar con el visto bueno de la CNMV. Todo ello ha derivado en dos multas del organismo regulador por valor de 1 y 16,9 millones respectivamente y la imputación por parte de la Fiscalía Anticorrupción de dos ejecutivos de la entidad por estafa, a lo que se suma otra multa de 15 millones por parte del FCA en UK por mal asesoramiento a los clientes en la venta de productos de inversión. En esta línea también destacaríamos los engaños en la comercialización de Aportaciones Financieras Subordinadas de Eroski o Fagor, donde diversos juzgados se están pronunciando en los últimos días a favor de los clientes, a los que incluso se les falsificó la firma en la “colocación”. Esto no sólo daña su imagen si no que también va en perjuicio de sus accionistas, ya que las provisiones para compensar a clientes y atender otras contingencias aumentan este año hasta los 5310 millones.

ADICAE, afortunadamente, está ganando la mayoría de las cientos de demandas que tiene interpuestas contra el Santander o en su caso llegando a acuerdos transaccionales, pero siguen sin plantearse una solución generalizada como demanda la Asociación desde hace tiempo. ¿No creen que sería lo más beneficioso para ambas partes y sobre todo para los perjudicados?

Por otro lado, el Santander es copropietaria de UCI, y como siempre les destacamos se trata sin duda de una de las financieras con las hipotecas más peligrosas y abusivas del mercado (cláusulas suelo, intereses usureros, imposibilidad de negociar las deudas, etc.).

Aunque suelen echar balones fuera con respecto a UCI, ¿no creen que deberían asumir que parte de la responsabilidad sobre su gestión irregular recae en ustedes y por tanto actuar en consecuencia?

Respecto a las cuentas anuales, la gestión social y la aplicación de resultados del ejercicio 2014, nos pronunciamos en contra.

Nos alegramos de que las cuentas estén saneadas y de que se incurra en beneficios pero por lo anteriormente señalado no podemos aprobar la gestión social llevada a cabo, hasta que no asuman el compromiso de cambiar el modelo de trato con sus clientes y rectificar los errores cometidos en el pasado buscando soluciones razonables y justas. Además, la rebaja del 66% en el dividendo (y su incomprensible cambio de fórmula hacia el pago en efectivo) y del 8% al 3% del beneficio por acción para los pequeños accionistas no parece la mejor aplicación posible del resultado para ellos.

Respecto al nombramiento, reelección o ratificación de consejeros, nos pronunciamos en contra.

En especial de D. Juan Miguel Villar Mir, por los evidentes conflictos de interés que implica ser uno de los principales accionistas del Santander y a su vez el presidente de la comisión de auditoría del banco. Por no hablar de su imputación en el caso Bárcenas o del hecho casual de que la compañía OHL de la que es Presidente sea la encargada de construir fundaciones, sedes y otros muchos edificios para la entidad financiera.

Respecto a la reelección del auditor del Santander, Deloitte, nos pronunciamos en contra.

Esta compañía auditora es la misma que auditó las cuentas de Bankia en su salida a Bolsa, y que un año más tarde se negó a aceptarlas provocando su inexorable quiebra. Por tanto, consideramos que sería muy “saludable” para Santander cambiar de compañía auditora, y que esa transparencia que se obtendría en las cuentas anuales seguramente ayudaría a la mejora de la cotización de la acción en los mercados bursátiles.

Además, Deloitte lleva nada menos que 24 años prestando sus servicios de auditoría a la entidad, circunstancia que le hace propenso a sufrir situaciones que conlleven conflictos de interés.

Respecto a la modificación de los estatutos sociales, para adaptarlos a la Ley 31/2014 de Sociedades de Capital para la mejora del gobierno corporativo (en cuya redacción ADICAE ha hecho aportaciones), nos pronunciamos claramente a favor, si bien consideramos que ya había casuística suficiente antes de la aprobación de la citada Ley como para haber introducido ya medidas que mejoraran la participación de los pequeños accionistas y el impulso de la democratización de las Juntas.

Respecto a los aumentos de capital propuestos, no nos pronunciamos.

Pero aquí nos tenemos que referir a la desafortunada macroampliación de capital de enero, sobre todo para los pequeños accionistas. Y es que, sin entrar en otro tipo de consideraciones como la reiterada apelación a la fidelidad de los mismos cuando la crisis golpeaba, resumimos así los últimos acontecimientos:

-Una Junta General en la que junto con una serie de propuestas heterogéneas se aprueban prácticamente de soslayo (y sin implicación alguna para los pequeños accionistas) el dar poderes al Consejo, es decir, a los grandes accionistas, para privar a los primeros de su derecho de suscripción preferente.

-La macroampliación que diluye el valor teórico de la acción (y que al final de la sesión excede del 15%), lo cual, al no poder acudir a la ampliación o vender los derechos en el mercado, irroga a los pequeños accionistas pérdidas cuantiosas e injustificadas.

-El triple trato de favor otorgado a los accionistas institucionales, en primer lugar con una exclusividad injustificada respecto del acceso a la ampliación, ofreciéndoles después un descuento del 16.5% sobre el valor de los nuevos títulos, y por último incluyendo a las nuevas acciones en el script dividend anunciado a continuación.

Respecto a la delegación en el Consejo de Administración de la facultad de emitir todo tipo de instrumentos financieros, no nos pronunciamos.

Pero instamos al Consejo de Administración a que no vuelva a cometer errores del pasado. Los productos complejos como preferentes, AFS o valores convertibles nunca pueden ir destinados a pequeños ahorradores con un carácter conservador y sin amplios conocimientos financieros. Deben ser dirigidos a inversores institucionales y no a pequeños accionistas.

Respecto a los puntos referentes a la Política de Remuneraciones de los Consejeros del Santander, nos pronunciamos en contra.

Parece que los buenos resultados conseguidos este año se han traducido en un aumento de la retribución del máximo órgano de gestión de la entidad del 9%, del 40% si hablamos de la Sra. Presidenta.

¿No merecen los pequeños accionistas también ser partícipes de los buenos resultados y por el contrario han perdido peso en la participación del capital? ¿Es que no son lo suficientemente buenos los sueldos de los miembros del Consejo que necesitan de este tipo de bonus?

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