Surge en el año 2006 de un convenio de colaboración de la FABZ con la entonces Concejalía de Acción Social y Cooperación al desarrollo. Se conocían experiencias previas en Barcelona, Madrid, Murcia… y desde la Federación de Asociaciones de Barrios se vio muy positivo tanto para el movimiento vecinal como para la ciudadanía en general hacer uno en Zaragoza.

¿Qué conlleva el uso del tiempo como unidad de cambio?

Es una unidad que pretende objetivar el valor del servicio independientemente del valor mercantil. El uso del tiempo como unidad de valor dota a todos los servicios de la misma importancia. Ello, entre otras cosas supone que las tareas tradicionalmente infravaloradas (ej: trabajo de ámbito doméstico, manual, relacionado con los cuidados…) tienen la misma importancia que aquellas que tienen mayor prestigio social o que están mejor valoradas en el mercado (ej: tareas de formación, asesoría, gestión…). “Lo que te cuesta es lo que cuesta” y eso es lo que nos importa, partiendo de la filosofía de que el tiempo de vida es igual de valioso para todas las personas.

¿Cuáles son los servicios más demandados?

Los servicios más demandados son «pequeñas reparaciones y arreglos caseros», clases particulares (idiomas sobre todo), ayuda con el ordenador, formación en informática y masajes.

¿Hay equilibrio entre oferta y demanda?

Depende de la actividad. Por ejemplo en las clases de inglés a distintos niveles hay mucha demanda pero, al haber mucha oferta, no hay problema. Sin embargo con otras tareas como arreglos de fontanería, traslado en furgoneta, masajes o clases de guitarra hay más demanda que oferta, por lo que hay que tener paciencia.

A la hora de facilitar contactos a personas que demandan servicios desde la Secretaría tenemos en cuenta dos variables: intentar que vivan en el mismo barrio (priorizar relaciones de proximidad) y priorizar a personas que les queden pocas horas para ayudarles a compensar. Esto no siempre es posible con personas que ofrecen cosas que son muy demandadas y de las que hay pocos oferentes.

¿Cuál ha sido la respuesta de los ciudadanos? ¿Costó que vencieran reticencias?

Ha sido en general buena, tenemos una media de entre 80 y 110 socios nuevos al año. He notado diferencia en que al principio la gente venía a apuntarse porque les parecía un proyecto novedoso y original pero también eran bastante escépticos y les surgían muchas dudas, la principal la de «pero esto…¿funciona?». Eso ahora ha cambiado mucho, la mayoría de la gente que se apunta ya conoce el funcionamiento y el proyecto está mucho más normalizado.

¿Qué ventajas tiene para los usuarios, más allá del intercambio de tareas?

Un Banco del Tiempo es una herramienta con una doble vertiente: satisfacción de necesidades de la vida diaria de las personas asociadas y objetivos propios de cada asociación, entidad, comunidad… La primera es común a todos los Bancos del Tiempo, la segunda es variable y marca la idiosincrasia. Al ser nosotros una entidad vecinal hemos priorizado la potencialidad que tienen los Bancos del Tiempo para favorecer las relaciones de buena vecindad, concretándolas en: crear sentido de comunidad, mejora de las relaciones interculturales, inclusión de las personas mayores en la vida social, intercambio de los roles de género tradicionales y participación de las personas excluidas del mercado de trabajo.

¿Se puede implantar y gestionar un Banco de Tiempo en comunidades más pequeñas? ¿Se necesitan muchos recursos?

Sin ningún problema. Un Banco del Tiempo es una herramienta que se puede ir adaptando a distintas realidades. El Banco del Tiempo de Zaragoza funciona a nivel de ciudad y es abierto (cualquier persona mayor de edad puede apuntarse) lo que supone también poner en práctica una serie de recursos para mantenerlo (bases de datos más complejas, sistematización, cheques, permanencias…). También se pueden poner en práctica Bancos del Tiempo cerrados como, por ejemplo, sólo para los miembros de una asociación, de un entorno residencial (un colegio mayor, centro asistencial…) o entre compañeros de trabajo… En estos casos el banco del tiempo además de para satisfacer pequeñas necesidades favorece los lazos entre las personas y mejora la convivencia, la confianza y la conciencia de grupo. También está el ejemplo de los Bancos del Tiempo escolares que pueden ser una herramienta positiva para favorecer lazos de compañerismo entre los alumnos, combatir el aislamiento e incluso prevenir el acoso escolar. Las posibilidades son infinitas.

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