Corren malos tiempos para los planes de pensiones privados. Pese a que las entidades financieras e incluso el Gobierno vienen lanzando el mantra de la necesidad de contratarlos para compensar el recorte de pensiones públicas que auguran para las futuras generaciones, lo cierto es que este producto de ahorro ha menguado sus beneficios. Su rentabilidad acumulada cayó en el primer trimestre de 2015 al 4,38%, perdiendo un 30% de su rentabilidad en apenas tres meses. De los 8.337.873 partícipes que había en el primer trimestre de 2012, solo quedan 7.855.095 según la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones.

La sangría en los planes de pensiones privados pueden deberse a varios motivos: el hartazgo ante la escasa rentabilidad de los mismos -algunos, incluso, han llegado a acumular pérdidas del 22% en los últimos 3 años-; el rescate anticipado para cubrir otras necesidades a causa de la crisis económica; la huída de los consumidores críticos con ciertos tipos de prácticas financieras, como inversión en empresas armamentísticas o contaminantes; la retirada de efectivo de aquellos planes de pensiones depositados en bancos que ejecutan desahucios o que atraparon los ahorros de millones de usuarios con las preferentes, etc.

Sea como fuere, si el objetivo de estos movimientos de capital en los planes de pensiones fuera obtener una mayor rentabilidad, o ‘castigar’ a nuestro banco, no es necesario rescatar completamente el plan de pensiones: bastaría con traspasarlo, es decir, llevar el dinero a otro plan que nos interese más sin necesidad de sacarlo. Pero, ¡cuidado! Hay algunas pautas que debemos tener en cuenta. Lo analizamos.

 Antes de traspasar, hay que elegir dónde 

Muchos consumidores desconocen que pueden perder dinero con los planes de pensiones, y también a qué categoría pertenece su plan de pensiones actual y si se adapta a su perfil de riesgo. Ocurre con frecuencia que los comerciales que venden estos productos no explican de forma adecuada sus características, ni evalúan correctamente las necesidades de quien va a contratar el plan.

En la actualidad existen varias categorías de planes de pensiones, de menor a mayor riesgo: garantizados, renta fija a corto plazo, renta fija a largo plazo, renta fija mixta, renta variable mixta y renta variable. En todas ellas es posible perder dinero, incluso en los planes de pensiones garantizados puesto que la garantía que ofrecen estos planes es a vencimiento, es decir, a 20, 25 años… y si no se mantiene la inversión hasta el final no dan lo prometido.

Los planes de pensiones se pueden traspasar parcial o totalmente. Hacerlo es gratuito y no hay ninguna penalización fiscal. Las opciones de traspaso son: de un plan de pensiones a otro, o de un plan de pensiones a un Plan de Previsión Asegurado (PPA), o viceversa.

 Cómo traspasar un plan de pensiones 

El primer paso para traspasar un plan de pensiones es elegir un plan de pensiones adecuado a nuestras necesidades y características. No debemos dejarnos llevar por la rentabilidad actual del plan, sino que es recomendable examinar sus rentabilidades pasadas y en qué se invertirá nuestro dinero una vez depositado (acciones de diversas empresas, deuda pública, renta fija…).

Los planes de pensiones tienen una serie de comisiones que hay que tener en cuenta:

Comisión de gestión, recibida por la gestora del fondo, como máximo del 1,5% sobre el patrimonio del plan.

Comisión de éxito de hasta el 9%, sobre la rentabilidad obtenida en este tipo de productos.

Comisión por traspaso de planes de pensiones. Aquí los importes son fijados por cada entidad, variando del 0,05% al 0,25%.

Una vez elegido el plan, debemos solicitar a la nueva entidad el traspaso de nuestros ahorros, identificando claramente el plan de pensiones de origen y el de destino. La entidad gestora del nuevo plan que vamos a contratar se encargará de la movilización, haciendo todos los trámites necesarios ante la entidad gestora de origen, ordenando ésta la transferencia en un plazo máximo de cinco días hábiles.

 Problemas detectados tras el traspaso de planes de pensiones 

Uno de los argumentos sostenidos por las entidades financieras para resaltar el ‘atractivo’ de los planes de pensiones son los ‘regalos’ que ofrecen -bicicletas, televisores, tabletas, jamones, ollas a presión…- a efectos fiscales se consideran rendimientos del capital mobiliario, por lo que el consumidor deberá pagar a Hacienda por ellos.

Finalmente la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones reconoce, en su última Memoria del Servicio de Reclamaciones, que el segundo motivo de las reclamaciones interpuestas en los planes de pensiones se refiere al retraso en la ejecución de los traspasos y su efecto sobre la rentabilidad final del producto.

En definitiva, optar por contratar un plan de pensiones privado puede no ser la mejor opción, sobre todo si tiene menos de 50 años o si prevé que tarde o temprano tendrá que hacer uso de ese dinero. Si posee unos ahorros y no sabe qué hacer con ellos, o ya tiene contratado un plan de pensiones privado y no está satisfecho con su rendimiento, antes de sucumbir a los supuestos encantos de estos productos, acuda a la sede de ADICAE más cercana para obtener información crítica y conocer realmente las características de cada producto.

SIMULADOR DE RESCATE DE PLANES DE PENSIONES 

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