En una sociedad cada vez más consciente de los desafíos ambientales y sociales, la industria textil genera un impacto significativo en la sostenibilidad del planeta al consumir grandes cantidades de recursos naturales, contaminar el agua y emitir gases de efecto invernadero.

Desde el cultivo de materias primas hasta la manufactura y el desecho de prendas, el impacto ambiental de la industria textil es considerable. El proceso de teñido y acabado de tejidos contribuye a la contaminación del agua, mientras que la producción convencional de algodón conlleva el uso de pesticidas y fertilizantes, afectando la biodiversidad.

Según la ONU, la moda es la segunda industria más contaminante del mundo, contribuyendo al 10% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, superando a los vuelos internacionales y el transporte marítimo juntos. Cada año, millones de toneladas de ropa son producidas y desechadas, lo que agrava aún más la situación.

El modelo tradicional de producción y consumo

El modelo de producción y consumo del sector textil se caracteriza por ser lineal. Es decir, producir, utilizar, desechar. Se extraen materias primas, se fabrican productos textiles dándoles una vida y se descartan después de su uso. Además, está orientado al consumo masivo, y por tanto, presenta una serie de problemas debido a la gran generación de residuos que supone, así como el gran impacto que tiene sobre los recursos naturales y el medio ambiente. Por ello, es importante explorar y adoptar enfoques más sostenibles y éticos en la industria textil.

En 2020, según la Agencia Europea de Medio Ambiente, el consumo textil para proporcionar ropa y calzado a cada ciudadano de la UE requirió 400 metros cuadrados de suelo, 9 metros cúbicos de agua, 391 kg de materias primas y causó una huella de carbono de 270 kg de CO2. Por tanto, estamos ante un sobreconsumo de recursos naturales, ya que la producción textil usa mucha agua, además de tierras para cultivar algodón y otras fibras. Según estimaciones de la Unión Europea para elaborar una sola camiseta de algodón se necesitan 2700 litros de agua dulce, o lo que es lo mismo, la cantidad de agua que bebe una persona en dos años y medio.

Según las valoraciones de la Agencia Europea de Medio Ambiente y el Parlamento Europeo la producción textil a través de los tintes y los productos de acabado, es responsable aproximadamente del 20% de la contaminación mundial del agua potable; cada año se generan en el mundo 92 millones de toneladas de residuos textiles, y la inmensa mayoría de los cuales acaban en vertederos; en la Unión se desechan cada año 5,8 millones de toneladas de productos textiles, lo que equivale aproximadamente a 11 kg por persona; la producción textil mundial se duplicó entre 2000 y 2015, y la vida útil de las prendas de vestir disminuyó un 36% en ese mismo período.

Estamos ante una cultura de consumo desechable, donde menos de la mitad de la ropa usada se recoge para ser reutilizada o reciclada, y solo el 1% se recicla en ropa nueva. El auge de la moda rápida ha sido crucial en el aumento del consumo y así mucha de esta ropa termina en vertederos y contribuye así a la presión sobre los recursos naturales.

Otro problema añadido es que no hay transparencia en la cadena de suministro, y las marcas no informan sobre sus prácticas y el origen de los materiales, lo que dificulta que los consumidores tomen decisiones responsables y críticas sobre sus compras.

Estos problemas han llevado a un interés creciente en enfoques más sostenibles para la producción y el consumo de moda, incluyendo otro tipo de sistema, basado en un modelo circular que promueva el reciclaje, la reutilización y la reducción de desperdicios, así como prácticas de producción éticas y transparentes.

La economía circular como solución

La economía circular se presenta como una solución integral y sostenible para encarar los desafíos que enfrenta la industria textil en la actualidad. Más allá de la simple gestión de residuos, este enfoque abarca una gama de aspectos fundamentales para transformar positivamente este sector. En este sentido, es necesario que las empresas asuman el rol en la adopción de prácticas más responsables y sostenibles, lo cual implica priorizar la durabilidad de los productos, emplear materias primas más sostenibles y optimizar los procesos de producción para reducir la huella ambiental.

El reciclaje de residuos textiles representa un obstáculo en la lucha contra el impacto ambiental de la industria textil y se alinea con los principios de la economía circular. Al convertir los desechos textiles en recursos útiles, se evita la pérdida de materiales y se fomenta la reutilización en lugar de acabar en vertederos.

Los consumidores debemos tomar conciencia y optar por demandar y adquirir productos de manera responsable, considerando los impactos sociales y ambientales de nuestras decisiones.

Nuevas reglas para cambiar el sector

En la actualidad se están desarrollando diversas normativas en relación con el aumento de la sostenibilidad y la economía circular en la industria textil:

Prohibición de destruir textil no vendido

En el pasado mes de diciembre de 2023 el Parlamento Europeo y el Consejo Europeo llegaron a un acuerdo, para poner en marcha un Reglamento que influiría en el diseño de los productos, haciendo hincapié en potenciar el ecodiseño. Y más concretamente, este acuerdo prevé la prohibición expresa de la destrucción de aquellas prendas de ropa y/o calzado no vendidos. En caso de que las empresas lleven a cabo esa destrucción, deberán justificarlo a las administraciones públicas, y, si el caso fuera injustificado, podrían acarrear sanciones.

Este texto debe ser aprobado por el Parlamento Europeo antes de entrar en vigor, hecho que ocurrirá 20 días después de su publicación en el Boletín Oficial, y las grandes empresas dispondrán de 9 meses para adaptarse a los cambios.

Pacto textil 2030

Según la Estrategia de la Unión Europea sobre los productos textiles sostenibles y circulares, las prendas incluirán, a partir de 2030, un “pasaporte” cuyo objetivo será mejorar la trazabilidad de la prenda en cuestión, a modo de código QR, etiqueta NFC, o indicador por radiofrecuencia (o RFID). Aquí se incluirá información sobre su sostenibilidad, su cuidado, los materiales de su composición o el manual de uso de la prenda.

Propuesta de revisión de la Directiva Marco de Residuos

Recientemente el Parlamento Europeo ha establecido su posición sobre esta regulación. A falta de aprobar la normativa definitiva, el órgano europeo aboga por implementar la recolección separada de textiles para su reutilización, preparación para su reutilización y reciclaje. Estas reglas cubrirían productos textiles como ropa y accesorios, mantas, ropa de cama, cortinas, sombreros, calzado, colchones y alfombras, incluidos productos que contienen materiales relacionados con textiles como cuero, cuero compuesto, caucho o plástico.

Desde ADICAE creemos que como consumidores críticos y responsables debemos ser partícipes de un modelo de consumo basado en la economía circular y la sostenibilidad del planeta, rechazando caer en el consumismo irracional al que muchas marcas tratan de arrastrarnos con grandes campañas de marketing, produciendo enormes cantidades de residuos textiles sin pensar en la reparación o sin darle una segunda vida a nuestra ropa, con las consecuencias que acabamos de mencionar para el medio ambiente.

¡Pincha aquí para más artículos sobre cambio climático y consumo!

O hazte socio en nuestra web: ADICAE – Consumidores críticos, responsables y solidarios

Abrir chat
1
💬 Consulta tus dudas de consumo
Escanea el código
Hola👋
Si tienes cualquier consulta o duda sobre consumo puedes hacerla por aquí