ADICAE pide mayor control y campañas de sensibilización para evitar los peligros del juego online, que en muchos casos derivan en un jugador endeudado solicitando créditos rápidos y cayendo en una espiral que le lleva al sobreendeudamiento

Lamentablemente, la adicción a los juegos de apuestas online se ha convertido en una plaga que ha afectado a muchas familias españolas en los últimos años. Con un perfil del adicto cada vez más joven y motivado por distintas características como la fácil accesibilidad, el anonimato y la inmediatez de este tipo de apuestas digitales, los números de afectados siguen al alza, a pesar de los nuevos intentos de regulación y de control sobre el sector. Un problema añadido, y no pequeño, es que este tipo de adicción acaba derivando, en demasiadas ocasiones, en la solicitud de créditos rápidos y microcréditos, con unas comisiones desorbitadas y que constituyen uno de los mayores peligros de sobreendeudamiento para las familias. El jugador entra en una espiral muy peligrosa en la que pérdidas, obtención de dinero fácil e incremento del endeudamiento se van sucediendo, haciendo cada vez más grande la bola de nieve. ADICAE vuelve a incidir en un problema que afecta ya a millones de familias españolas y que presenta una doble cara: por un lado la adicción al juego online que viene afectando a ciudadanos cada vez más jóvenes y, por otro, el peligro real de sobreendeudamiento que tiene que estos jugadores busquen liquidez inmediata en empresas que escapan de cualquier control y garantía. Juego online y créditos rápidos van de la mano.

juego onlineReconocida ya como una enfermedad por la Organización Mundial de la Salud, el trastorno por juego de apuestas se caracteriza por un “patrón de comportamiento persistente o recurrente de juego de apustas”, que deriva en un “deterioro en el control sobre el juego de apuestas, incremento en la prioridad dada al juego de apuestas al grado que se antepone a otros intereses y actividades de la vida diaria y continuación o incremento del juego de apuestas a pesar de que tenga consecuencias negativas”. Es decir, el adicto al juego pierde el control conforme va incrementando su adicción y acaba anteponiendo el mismo a otras actividades, aun a sabiendas de las repercusiones negativas.

Más allá de la definición académica, se encuentran los datos puros y duros, en España se cifraba en 1.476.385 jugadores activos online a finales de 2018 (último informe oficial sobre el perfil del jugador de la Dirección Oficial de la Ordenación del Juego), de los que el 83,25% eran hombres y, más preocupante aún, cada vez más jóvenes: el 83,46% tenía entre 18 y 45 años. El gasto medio de estos jugadores activos era de unos 450 euros, lo que oculta que en los casos más graves esta cantidad sea notablemente más elevada, tanto que muchos de ellos acaban acudiendo en búsqueda de liquidez a créditos rápidos y microcréditos, lo que multiplica las posibilidades de sobreendeudamiento y, lejos de solucionar, duplica sus problemas.

Más datos preocupantes, el problema va a más. En 2018, el GGR, por sus siglas en inglés Gross Gaming Revenue, que viene a indicar el margen neto de juego online, creció un 25,48% respecto al año anterior. Tendencia que se multiplica en los depósitos, que crecieron un 53,50% y las retiradas, el 67%. El gasto en marketing subió un 48%.

ADICAE, antes de continuar con el problema derivado del sobreendeudamiento, quiere detenerse en este punto para volver a reclamar no sólo un mayor control sobre el sector en la línea de las últimas actuaciones iniciadas en el Ministerio de Consumo sino también una apuesta por la educación, la mentalización y la sensibilización de toda la sociedad en general y de los más jóvenes en particular.

Liquidez para pagar las deudas

Con más jugadores, cada vez más jóvenes y con más portales donde jugar o apostar, el patrón comienza a repetirse cada vez con mayor asiduidad: jugador que acude a un microcrédito o a un crédito rápido de condiciones abusivas para saldar una deuda de juego y acaba sobreendeudado al no poder hacer frente al crédito en el vencimiento estipulado y entrar en juego comisiones desorbitadas que ADICAE ha llegado a detectar en cifras de hasta un 4.000%

¿Cómo es posible? Las agresivas campañas de publicidad de este tipo de entidades no financieras que ofrecen microcréditos y que quedan fuera del control del Banco de España, la CNMV o el Fondo de Garantía de Depósitos demuestran con qué facilidad se puede conseguir ese dinero rápido. Basta entrar en sus páginas web para empezar a comprender cómo captan a los jugadores con deudas de juego: “Primer préstamo gratis”; “Tu préstamo en 10 minutos”; “No hacemos preguntas”; “Sin subir documentación”; “Tu dinero haciendo un clic”… En cada claim encontramos una posible explicación a cómo muchos ciudadanos acaban acudiendo a una de estas entidades sin escrúpulos para solicitar un dinero rápido, y según ‘le venden’, fácil de devolver para tapar la deuda de su juego.

Dinero inmediato y que se puede conseguir a golpe de clic o con una simple llamada telefónica son las caras amables. Los terribles intereses que acarrean, las desorbitadas comisiones en caso de retrasos y la nula garantía o control por parte de los organismos oficiales son la cara b y la que lamentablemente no estudian muchos particulares en su búsqueda de liquidez. La urgencia se antepone a la reflexión.

Antes de solicitar un crédito rápido

Por eso, el primer consejo antes de solicitar un crédito rápido o un microcrédito pasaría precisamente por darse un tiempo para estudiar las condiciones que nos están ofreciendo, los tipos de intereses y comisiones y comprender cuánto tendremos que pagar, en cuánto tiempo y cuáles serían las consecuencias de no hacerlo en ese periodo. Comparar el TAE de un crédito al consumo con el de este tipo de créditos nos dará una mejor visión del coste de los mismos. Hablamos de una media actual de un 8,42% en los primeros por valores que pueden llegar al 3.000% en los segundos.

créditos consejosADICAE recuerda a los usuarios y consumidores que antes de la formalización de estos créditos deberán recibir información completa por escrito sobre los mismos. Es muy importante repasar y comprender esta información antes de formalizar el crédito:

  • El tipo de crédito.
  • El importe del crédito y las condiciones que rigen la disposición del dinero.
  • El importe total del crédito y las condiciones que rigen la disposición de fondos. 
  • La duración del contrato de crédito.
  • El tipo deudor y las condiciones de aplicación de dicho tipo.
  • La tasa anual equivalente (TAE) y el importe total adeudado por el consumidor, ilustrado mediante un ejemplo representativo que incluya todas las hipótesis utilizadas para calcular dicha tasa.
  • El importe, el número y la periodicidad de los pagos que deberá efectuar el consumidor.
  • Cualquier gasto derivado del contrato de crédito como por ejemplo gastos de mantenimiento de una cuenta obligatoria así como la existencia de costes adeudados al notario por el consumidor al suscribir el contrato de crédito.
  • Los servicios accesorios al contrato de crédito, en particular de seguro.
  • El tipo de interés de demora y los gastos por impago.
  • Una advertencia sobre las consecuencias en caso de impago.
  • Cuando proceda, las garantías exigidas.
  • El derecho del consumidor a recibir gratuitamente, previa solicitud, una copia del proyecto del contrato del crédito salvo que en el momento de la solicitud el prestamista no esté dispuesto a celebrar el contrato de crédito con el consumidor.
  • El consumidor tiene derecho a solicitar un documento con toda la información previa como oferta vinculante que tendrá validez durante un período de 14 días naturales.

Recuerde en cualquier caso que, conforme al derecho de desistimiento, para desistir del contrato, dispone de un plazo de 14 días naturales desde que lo firmó. En este caso, tendrá que devolver el dinero que le hayan ingresado en concepto del préstamo y abonar los intereses devengadados únicamente por el tiempo existente entre la suscripción del contrato y el ejercicio del derecho.

Las trampas de los microcréditos

A lo largo de los últimos años, ADICAE ha demostrado reiteradamente que las empresas de créditos rápidos no informan adecuadamente y ponen en peligro al consumidor. El Estudio sobre la publicidad, condiciones y prácticas de comercialización de los minipréstamos y créditos rápidos y el estudio sobre La realidad del crédito no hipotecario en España demuestran que la información facilitada por estas entidades es casi nula. 

Así, la primera laguna será la de la información, pues como norma general en este tipo de créditos se trata de ocultar los aspectos más negativos de las condiciones bajo una manta con todas ‘las virtudes’ de los mismos. La falta de transparencia no debe ser una excusa para que el propio consumidor solicite por escrito toda la información al respecto del crédito que está solicitando.

En caso de duda, acuda a su sede más cercana de ADICAE con la información recibida para examinar dichas condiciones, donde le ayudarán a comprender el coste real del préstamo a solicitar y los distintos escenarios, por ejemplo, ante un impago.

Trate de no caer en precipitaciones por la inmediatez que le están ofreciendo y reflexione sobre la necesidad de acceder a ese dinero con esas condiciones. Repase, o déjese aconsejar por ejemplo acudiendo a ADICAE a tal efecto, las cláusulas, pues algunas podrían considerarse abusivas en los contratos. Desde ADICAE se insiste en que el consumidor formado e informado deberá velar por sus derechos, desde el conocimiento de los mismos, para en caso de incumplimiento de los mismos proceder a reclamar aquellos que hayan sido vulnerados.

Qué sucede si no se paga

Las condiciones y las consecuencias de un impago son propias de cada contrato pero, como norma general, dispararán el coste del crédito exponencialmente. Es precisamente ahí donde el riesgo de sobreendeudamiento llegará a niveles más altos si al solicitar el dinero no se tuvo en cuenta esta posibilidad o, lo que es peor, no se informó correctamente.

Desde ADICAE se recomienda recopilar toda la información de la que se disponga, no sólo ya el contrato sino por ejemplo la publicidad previa que se hubiese podido recibir antes de haberlo contratado. En cualquiera de las sedes de esta asociación se revisará con detenimiento el caso para detectar y, en su caso, reclamar la posible existencia de alguna cláusula abusiva. Igualmente, desde la experiencia, desde ADICAE se estudiará una posible negociación para conseguir un “acuerdo de aplazamiento” o facilidades que le permitan pagar su crédito de una forma aceptable.

Coacciones y amenazas por impagos

Lamentablemente, los medios de comunicación están llenos de testimonios de afectados por este sobreendeudamiento que están siendo víctimas de coacciones e, incluso, amenazas personales y familiares. Este tipo de entidades no dudan en utilizar estos métodos para cobrar sus deudas pero si cree que está siendo víctima de coacciones o amenazas, no dude en denunciarlo, la coacción no está permitida para la reclamación de una deuda

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