Mozilla Firefox, OpenOffice, Gimp… Puede que estos programas le suenen al consumidor de haberlos descargado e instalado en su ordenador en sustitución de otro tipo de programas de pago como Photoshop o Microsoft Office. Lo que el consumidor puede no conocer es que estos programas responden a la etiqueta de software libre, es decir, programas que se han creado de manera colaborativa y están disponibles para todo los usuarios.
Los programas de software libre son aquellos que no ponen límites a la copia y distribución de dicho programa. Para que se entienda mejor, cuando compras un programa de software privado, se te concede una licencia que sólo te permite usarlo en un determinado ordenador; en el caso de los programas de software libre, no existe esta limitación. La segunda libertad que ofrece este tipo de software es que se puede acceder a su código fuente para poder modificarlo al gusto. Muchas veces se confunde este término con el de gratuito, por su término en inglés ‘free software’ que se puede interpretar como gratis y como libre, pero no todos los programas de software libre son gratuitos, aunque los de uso más común sí se pueden descargar libremente.
Elaborados de manera colaborativa
El conjunto de estos programas se produce por la libre colaboración de los especialistas encargados de desarrollarlo. Al poder acceder al código fuente del programa, cualquier programador puede modificarlo, mejorarlo y distribuirlo al resto de usuarios. Esta libertad y cooperación en su desarrollo ha favorecido que el software libre se haya convertido en un modelo de trabajo colaborativo y cooperativismo en red.
La mayoría de los usuarios ha usado alguna vez algún programa de software libre puesto que existen programas para todo tipo de labores. Así, encontramos programas de edición de imágenes, como Gimp, programas de procesador de texto, como OpenOffice, de edición de audio y reproducción de vídeo, como Audacity o VLC Media Player, y un largo etcétera.
El software libre es un alternativa al software propietario, cuyo coste a veces resulta prohibitivo para los bolsillo de los consumidores. Estos productos están en constante actualización y mejora, y son fácilmente accesibles y de utilizar para cualquier usuario medio, por lo que pueden resultar más beneficiosos y se pueden adaptar mejor a las necesidades de los consumidores en lugar de gastar grandes sumas de dinero en programas complejos que no permiten instalarlos en otros equipos.